Tras más de una semana de incertidumbre y de presión por parte de Rusia, el cuerpo de Alexei Navalny ya está en manos de su familia. Según ha informado la portavoz del difunto opositor ruso a través de la red social X, "el cuerpo fue entregado a su madre".
"Lyudmila Ivanovna todavía está en Salekhard. El funeral aún está pendiente. No sabemos si las autoridades intervendrán para llevarlo a cabo como quiere la familia y como Alexey se merece", ha informado la portavoz, Kira Yarmysh.
El opositor ruso Alexei Navalny murió en la prisión rusa 'Polar Wolf' el viernes 16 de febrero. Desde entonces, la familia había intentado recuperar el cadáver para su entierro. Según han denunciado en los últimos días, el Gobierno ruso se negaba a darles el cuerpo para evitar un funeral público que se convirtiese en un acto de protesta contra Putin.
Horas antes de la entrega, Yulia Navalnaya, la viuda del fallecido líder opositor ruso Alexei Navalny, exigió el sábado a las autoridades rusas que liberasen su cuerpo para darle sepultura y acusó al "demoníaco" presidente ruso Vladimir Putin de "torturar" su cadáver.
En un vídeo de seis minutos publicado en YouTube, Navalnaya acusó a Putin de mantener el cuerpo de su marido como "rehén", y cuestionó la fe cristiana, a menudo profesada, de Putin.
La única explicación sobre la muerte que han aportado las autoridades rusas se limita a decir que Navalny falleció por el "síndrome de muerte súbita", y fecharon la hora de la muerte en las 14.17 (hora local) del viernes 16.
La lucha continúa
Pero la desaparición del símbolo no supondrá la desaparición de la lucha. "Hemos perdido a nuestro líder, pero no nuestras ideas y nuestras creencias", señalaba la propia Yarmysh a Reuters pocas horas después del fallecimiento. ¿El objetivo final? Hacer de Rusia "un país plenamente democrático con elecciones justas, con un tribunal independiente, con prensa libre... Un país rico y pacífico".
En la misma línea se pronunciaba a inicios de esta semana la viuda, que confirmaba: "Continuaré la causa de Alexéi Navalny y os llamo y pido estar a mi lado".
Yulia, de 47 años, los mismos que tenía su marido, explicó explicado en un largo mensaje grabado desde el exilio que "todos estos años" estuvo junto a él en las manifestaciones, arrestos domiciliarios, registros y durante su envenenamiento en verano de 2020.
En este sentido, hizo hincapié en que Putin le ha "robado lo más preciado que tenía". "Ha matado al padre de mis hijos. (...) Se ha llevado a la persona más querida", ha aseverado antes de afirmar "que no sólo ha matado a Navalny sino que quiere acabar con la esperanza, la libertad y el futuro" de la ciudadanía rusa. "Era feliz a su lado y apoyándole, pero hoy quiero estar con vosotros porque perdisteis no menos que yo", dijo.