"La concentración de lobos en algunas regiones europeas se ha convertido en un peligro real para el ganado y, potencialmente, también para los seres humanos", avisa Ursula von der Leyen. La presidenta de la Comisión Europea ha vivido en primera persona uno de esos ataques: en septiembre de 2022, un lobo mató a Dolly, su poni de 30 años, en su casa en la región de la Baja Sajonia en Alemania.
El Ejecutivo comunitario ha dado este lunes el primer paso para relajar la protección del lobo en la UE en respuesta a la proliferación de ataques contra el ganado. "El regreso del lobo a las regiones de la UE en las que ha estado ausente desde hace mucho tiempo conduce cada vez más a conflictos con las comunidades agrícolas y cinegéticas locales, especialmente cuando las medidas para prevenir ataques al ganado no se aplican de forma generalizada", se justifica el órgano presidido por Von der Leyen.
Con carácter previo, Bruselas invita a las comunidades locales, a los científicos y a todas las partes interesadas a que presenten (a más tardar el 22 de septiembre de 2023) datos actualizados sobre la población de lobos y su impacto.
"Sobre la base de los datos recogidos, la Comisión decidirá sobre una propuesta para modificar, en su caso, el estatuto de protección del lobo en la UE y actualizar el marco jurídico, a fin de introducir, en caso necesario, una mayor flexibilidad, a la luz de la evolución de esta especie", ha anunciado el Ejecutivo comunitario en un comunicado.
Como especie autóctona, el lobo es un elemento integral del patrimonio natural de Europa y desempeña un papel importante en sus ecosistemas, subraya Bruselas. En virtud de la directiva de hábitats, la mayoría de las poblaciones de lobos en Europa gozan de una protección estricta, con posibilidades de excepción. Este régimen aplica los requisitos del Convenio internacional de Berna relativo a la conservación de la vida silvestre y del medio natural en Europa, del que son parte la UE y los Estados miembros.
No obstante, la legislación comunitaria ya contempla una serie de excepciones que permiten a las autoridades locales y nacionales tomar medidas cuando sea necesario, para las que se ha previsto financiación comunitaria. "Algunas medidas han demostrado ser eficaces para prevenir o reducir significativamente los riesgos de depredación cuando se aplican correctamente y se adaptan al contexto específico en el que se aplican", subraya la Comisión.
En abril de 2023, Bruselas comenzó a recopilar datos de grupos de expertos y de las principales partes interesadas sobre los lobos, así como los datos notificados por las autoridades nacionales con arreglo a la legislación de la UE e internacional vigente. Sin embargo, estos datos siguen sin ofrecer una imagen completa suficiente para que la Comisión diseñe nuevas medidas, y por eso ha decidido ampliar su consulta.