En la Navidad de 2005, Ziad Benna y Banou Traoré, dos jóvenes procedentes de Clichy-souis-Bois, una banlieue, como se conoce a las zonas periféricas de las grandes ciudades franceses donde viven ciudadanos de origen inmigrante, murieron electrocutados en una subestación eléctrica mientras se escondían de la policía.
Sus muertes desataron una oleada de disturbios en todo el país como protesta por décadas de problemas de integración de la población y de discriminación por parte de las fuerzas del orden. En aquella ocasión, se quemaron centenares de coches y miles de personas fueron detenidas. La tensión se disparó de tal manera que el entonces presidente, Jacques Chirac, se vio obligado a desplegar a un número extraordinario de agentes en las calles primero y, finalmente, declarar el estado de emergencia.
Hoy, 18 años después, la historia parece volver a repetirse. Los altercados que llevan tres noches sacudiendo Francia tras la muerte del joven Nahel a manos de la policía en Nanterre, un suburbio al oeste de París, han despertado el mismo fantasma. El Gobierno de Emmanuel Macron, que celebró el jueves una reunión de crisis para abordar las protestas, ha desplegado un dispositivo de seguridad extraordinario de 40.000 agentes y ha convocado toque de queda nocturno en algunas zonas para "devolver la calma a las calles".
La medida, sin embargo, parece no ser suficiente: esta madrugada, la violencia ha vuelto a recorrer las calles del país galo. Pasadas las ocho de la mañana, el Ministerio del Interior informaba que se habían realizado 667 arrestos en Francia, una cifra de "detenciones récord" que "refleja la firmeza de las instrucciones dadas por el ministro a la policía". Además, según Le Figaro, la mayoría de los detenidos son jóvenes de entre 14 y 18 años.
Durante la noche, el panorama que se ha vivido en decenas de ciudades francesas ha sido de calles literalmente en llamas, con cientos de personas encapuchadas enfrentándose a la policía, que no ha dudado en responder con gases lacrimógenos. Coches y contenedores de basura han sido los principales objetivos de los manifestantes, pero también se han producido saqueos en comercios y ataques contra edificios públicos.
Dada la gravedad de la situación, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, ha seguido durante toda la noche las operaciones policiales desde el centro de mando de la policía nacional.
Saqueos e incendios
Sin duda, la región más afectada ha sido la de Nanterre, donde se produjo la muerte de Nahel. Hasta allí han acudido vehículos de la BRI, la brigada de investigación e intervención, que se encarga de actuar en situaciones graves. A las 2:30 horas de la madrugada todavía se producían enfrentamientos esporádicos entre los jóvenes y la policía.
Los disturbios han llegado incluso a París, donde también se han producido la mayoría de los arrestos. Allí ha habido saqueos y destrozos en pleno centro de la ciudad, como en la famosa Rue de Rivoli que lleva al Museo del Louvre.
En la capital, las líneas de bomberos han colapsado por el exceso de llamadas, y el cuerpo ha tenido que emitir un comunicado, por segunda noche consecutiva, pidiendo a los residentes que no sobrecarguen su centro de llamadas. “Debido a los acontecimientos actuales, estamos recibiendo una gran cantidad de llamadas. Por favor, no sobrecargue las líneas de emergencia”, exponía el texto.
En Rennes, el periódico Le Figaro ha informado de grupos de manifestantes que han lanzado cócteles molotov y han robado maquinaria de construcción para destruir las barricadas. Mientras que en Marsella, un helicóptero de la Germandería francesa ha estado sobrevolando la ciudad gran parte de la noche, que también ha terminado con varias detenciones.
Otra ciudad afectada por los disturbios ha sido Beauvais. Unas 60 personas han destrozado varios negocios en el centro comercial Champs Dolent, incluida una oficina de correos, una cafetería y una peluquería. Una situación muy parecida a la que se ha vivido en ciudades como Ulis, Evry, o Chilly-Mazarin, donde las comisarías han sido atacadas.
Lyon, Toulousse, Montreuil, Estrasburgo... Así se podría seguir enumerando la larga lista de localidades a las que se han extendido los disturbios por la muerte de Nahel. Por el momento, los daños parecen ser sólo materiales, ya que hasta el momento no se ha reportado oficialmente que haya heridos.
Aunque en las redes sociales circula el vídeo de un encapuchado que es golpeado por un poste cortado, no se ha verificado su autenticidad. Lo mismo ha ocurrido con otras publicaciones, como la de un hombre que dispara con un rifle a cámaras de seguridad de edificios de Noisy-le-Grand (en París).
El policía pide perdón
Mientras se desarrollaban los altercados, Laurent Liénard, el abogado del policía acusado del homicidio del joven, ha asegurado que su cliente "no quería matar" a Nahel y que ya se ha disculpado con la familia.
[Gases lacrimógenos, incendios... El homenaje al joven muerto en Nanterre degenera en violencia]
“Mi cliente quedó sumamente impactado por la violencia de este video (…) que vio por primera vez estando bajo custodia policial”, ha declarado, en referencia a las imágenes que muestran el disparo que provocó la muerte del chico de 17 años.
"Las primeras palabras que dijo fueron para pedir perdón", ha añadido Liénard, que en una entrevista en BFM-TV ha anunciado que el viernes recurrirá su encarcelamiento. El policía se encuentra actualmente en prisión preventiva por hacer un mal uso del arma y ha sido acusado de homicidio doloso.
Liénard ha afirmado que el agente nunca dijo que el coche de la víctima se dirigiera hacia él, pero ha considerado que eso no invalida que el tiro fuera en legítima defensa, ya que el compañero se había introducido en el vehículo y ambos podían quedar aplastados si el coche giraba.
Según Efe, el abogado ha apuntado en esa entrevista que la víctima ya había estado mostrando un comportamiento peligroso para los peatones y ciclistas y que su cliente intentó disparar hacia abajo, hacia las piernas, pero la trayectoria del coche lo empujó y desvió el arma. "Había que parar el coche", ha opinado.
También ha afirmado que el encarcelamiento de su cliente está siendo usado para tratar de calmar los ánimos en el país, dado que las imágenes en vídeo de la muerte causaron una grave ola indignación social.
A pesar de las disculpas, es previsible que las protestas continúen los próximos días. Por ello, la derecha, encabezada por el líder de Los Republicanos, Eric Ciotti, y el de Reconquista, Eric Zemmour, ya ha pedido la activación del estado de emergencia. El Ejecutivo, sin embargo, ha descartado esta medida por el momento.