Rusia ha atacado de nuevo esta madrugada Kiev y sus alrededores con misiles y 24 drones kamikaze de fabricación iraní como respuesta al presunto intento de Ucrania de asesinar al presidente ruso, Vladímir Putin. Todos los drones han sido derribados y no hay ni víctimas ni daños en infraestructuras tras un ataque aéreo duró casi cuatro horas.
Mientras, Ucrania evacúa a toda velocidad la ciudad de Jersón, asediada por Rusia y donde este miércoles murieron al menos 23 civiles en varios ataques y otras 50 resultaron heridas, algunas de ellas de gravedad. Este viernes comienza un inédito toque de queda de 58 horas seguidas en la ciudad, ya que Kiev espera que se intesifiquen los ataques.
"En la madrugada del 3 al 4 de mayo, el agresor volvió a atacar Kiev con drones kamikaze y misiles de tipo balístico. Las fuerzas de defensa aérea de Ucrania derribaron todos los objetivos enemigos", ha confirmado el jefe de la Administración Militar de la capital, Serhiy Popko.
[Putin utiliza el supuesto ataque al Kremlin para dictar una sentencia de muerte contra Zelenski]
"¡Ya es el tercer ataque contra la capital en los primeros cuatro días de mayo! ¡Nuestra ciudad no ha sufrido una intensidad de ataques tan densa desde principios de este año!, se quejó el responsable castrense.
Precisó que en la noche del miércoles, "el agresor inició nuevamente un ataque aéreo integral contra la capital. En Kiev la alerta de ataque aéreo duró más de tres horas y media".
Rusia utilizó en su ofensiva artefactos de tipo Shahed y misiles, que podrían ser balísticos, aunque este extremo "sólo podrá ser confirmado después de que se examinen los fragmentos" que han quedado en la ciudad, insistió Popko.
[Medvedev pide "eliminar" a Zelenski "y su camarilla" después del supuesto ataque al Kremlin]
Los fragmentos de los drones derribados cayeron en algunas zonas habitadas de la capital, pero no causaron daños personales ni daños graves a las edificaciones.
Durante toda la noche, las alertas antiaéreas sonaron, además de en Kiev, en otras regiones del país y en ciudades como Odesa, a orillas del mar Negro.
Los ataques fueron lanzados, al igual que en ocasiones anteriores, desde la región rusa de Briansk, cerca de la frontera norte de Ucrania, y desde el sur, desde la costa este del Mar de Azov.
23 muertos en Jersón
Este nuevo ataque con drones y misiles llega apenas unas horas después de que Rusia acusara a Ucrania de estar detrás de un supuesto ataque con drones sobre el Kremlin, con el objetivo de asesinar a Putin.
Kiev ha negado ser el autor de este ataque y ha advertido de que es Moscú quien "está preparando un ataque terrorista a gran escala". "No hemos atacado a Putin", ha señalado el presidente ucraniano Volodimir Zelenski.
Durante los últimos días, Rusia ha intensificado sus ataques sobre suelo ucraniano. De hecho, este miércoles 23 civiles ucranianos, entre ellos dos niños, murieron en Jersón como consecuencia de una ola de ataques. Rusia atacó una estación de trenes, dos supermercados, una fábrica y un depósito de automóviles.
Para proteger a la población, Jersón ha impuesto un toque de queda inédito de 58 horas seguidas que comenzará este viernes a las 20:00 horas y terminará el lunes a las 06:00 horas. Desde primera hora de este jueves decenas de personas están siendo evacuadas de la ciudad.
Ataques a refinerías rusas
Los ataques rusos se producen después de que varias infraestructuras y vías de tren que Rusia utiliza para el suministro de combustible a sus tropas en Ucrania hayan sido atacadas en los últimos días.
De hecho, Rusia ha denunciado este jueves un ataque con drones contra una refinería de petróleo en Ilski, en la región de Krasnodar, en el suroeste del país, que ha provocado un gran incendio.
Horas después, el gobernador de la región de Rostov, muy cerca de la frontera con Ucrania, ha denunciado otro impacto de un vehículo no tripulado en una planta de productos de petróleo, esta vez en Novoshajtinsk.
Estos incendios se producen un día después de otro fuego provocado por la caída de un dron en un tren que transportaba materiales derivados de petróleo a su paso por el pueblo de Volna, en el sur.
Ucrania no ha reivindicado ni negado oficialmente que sus fuerzas o servicios secretos están detrás de este y el resto de ataques, aunque Moscú sí ha atribuido la autoría a Kiev.