El derrumbe de un edificio de viviendas en Marsella, al sur de Francia ha causado al menos cinco heridos graves, aunque se espera que suba el número de víctimas conforme avancen los trabajos de rescate, informaron hoy las autoridades locales. "Pensamos que hay entre cuatro y una decena de personas bajo los escombros", señaló el ministro de Interior, Gérald Darmanin, desplazado al lugar de los hechos.
La principal hipótesis es que el desplome fuera ocasionado por una explosión, de la que aún se desconocen las causas. "Hay que prepararse para que haya víctimas", señaló el alcalde de Marsella, Benoît Payan, en declaraciones a los medios a primera hora de la mañana.
El derrumbe ha afectado, de acuerdo al primer balance provisional, a 33 vecinos de Marsella, de los cuales 6 tuvieron que ser trasladados al hospital. Cinco de ellos se encuentran en estado de "gravedad relativa", según confirmó el propio primer edil. Las tareas de rescate en el lugar se están viendo complicadas por un incendio en los escombros.
"Emoción por Marsella, donde anoche se derrumbó un edificio de la calle de Tivoli. Mis pensamientos están con las personas afectadas y sus familias. La búsqueda continúa con importantes medios desplegados. Gracias a los bomberos y servicios de emergencia movilizados", expresó el presidente Emmanuel Macron en Twitter.
Por el momento se desconoce el número total de residentes que se encontraban dentro del edificio en el momento del derrumbe. No obstante, los equipos de rescate trabajan contrarreloj para evacuar los edificios vecinos dañados que también corren el riesgo de colapsar. "En este momento estamos despejando los edificios de al lado, con cuidado de no poner en peligro a las personas que puedan estar debajo de los escombros", ha informado el alcalde.
Un vendedor de comida nocturno que trabajaba en la calle dijo que "todo tembló" durante lo que sonó como una explosión. Otro residente afirma haber visto a gente corriendo y que "había humo por todas partes".
Otro gran colapso estructural ocurrió en Marsella en noviembre de 2018, cuando dos edificios en ruinas en el distrito obrero de Noailles se derrumbaron, matando a ocho personas. Aquellos sucesos, además, destaparon una crisis grave de vivienda por el mal estado de muchos edificios de la ciudad, lo que obligó a trasladar a algo más de cuatro millares de vecinos.