El Partido Reformista de la primera ministra saliente de Estonia Kaja Kallas ganó las elecciones parlamentarias de este domingo con el 31,2 % de los votos, lo que supone 37 de los 101 escaños del Riigikogu. De esta manera Kallas, gobernante anti-Putin, europeísta y admirada por Pedro Sánchez, liderará la próxima coalición del país báltico, lo cual debería garantizar que siga siendo uno de los gobiernos más firmemente pro-Kiev de Europa.
"La expectativa de los votantes es que el Partido Reformista lidere el nuevo gobierno. Eso está claro. Tendremos que discutir todo lo demás. Ya hemos hablado de lo que nuestros candidatos se han llevado de las conversaciones con los votantes, sus expectativas. Mañana nos reuniremos para hablar de nuestras opciones", declaró Kallas anoche a la cadena ETV.
La principal fuerza opositora, el Partido Popular Conservador de Estonia (EKRE), se sitúa en segundo lugar al sumar el 16,1% de los apoyos y 17 escaños, lo que refleja la preocupación de algunos votantes por el aumento del coste de la vida tras la guerra de Rusia con Ucrania.
En tercera posición ha quedado la formación de centro-izquierda Partido de Centro, con el 15,3 % y 16 escaños. El liberal Eesti 200, creado en 2018, obtuvo el 13.3% de votos y 14 escaños, mientras los socios de la coalición saliente, el Partido Socialdemócrata (SDE) e Isamaa, 9 y 8, respectivamente, con el 9,3 % y el 8,2 % de apoyos, según el recuento final de votos.
De esta forma, el Partido Reformista gana así 3 escaños respecto a los comicios anteriores, mientras que EKRE pierde 2; el Partido de Centro, 10; el SDE, 1, e Isamaa, 4. Si Kallas, de 45 años, logra formar un Gobierno que funcione, consolidará la orientación proeuropea del país báltico.
Kallas declaró que las elecciones dejaban a su partido en una posición fuerte para formar un gobierno de coalición que mantuviera su llamamiento a presionar a Rusia. El Partido Reformista podría armar una coalición de 53 escaños con el Partido de Centro o una alianza de 60 escaños con Eesti 200 y los socialdemócratas.
Estonia, vecino occidental de Rusia con una población de 1,3 millones de habitantes, también mantendría el rumbo de adoptar más energía verde y seguir aceptando refugiados de Ucrania.
El Partido Reformista ya ganó las elecciones de 2019 sin poder formar Gobierno. En aquella ocasión, se vio apartada del poder por la coalición de tres partidos más pequeños. Esta se hundió en 2021, lo que permitió a Kallas crear su coalición y tomar el mando del país.
A lo largo de la campaña, la oposición EKRE ha prometido recortar drásticamente la factura energética oponiéndose a la transición a la energía verde y dejar de aceptar nuevos refugiados de guerra ucranianos. El partido también criticó el alcance de la política de Kallas de enviar armas a Ucrania, afirmando que no tenía en cuenta las propias necesidades de defensa del país.
Así, Estonia ha demostrado su voluntad de seguir apoyando a Ucrania al no elegir la opción EKRE que abogaba por limitar la ayuda al Gobierno de Volodímir Zelenski. La participación fue del 63,7%, en línea con las anteriores elecciones, y con un 51% de los votos emitidos por internet, incluido el de la propia Kallas.