Un coronel británico avisa: Ucrania no va ganando y Rusia hará grandes avances en breve
Según Richard Kemp, y eso casa con lo que estamos viendo en este y otros conflictos, a Rusia no le importa mandar tantos hombres como haga falta al matadero.
10 febrero, 2023 03:21"Rusia está a punto de lograr un avance sorprendente", así, aproximadamente, se podría traducir el último artículo del coronel retirado Richard Kemp en el periódico británico The Telegraph. Kemp, que no destaca precisamente por su posición prorrusa y que, de hecho, invita a las potencias occidentales a armar todo lo posible a Ucrania para limitar dicho avance, no es en absoluto optimista con la situación actual del ejército ucraniano. En su opinión, Putin prepara una ofensiva para las próximas semanas, puede que días, ante la cual Ucrania no tendrá respuesta y que le llevará a conquistar territorios que hubiéramos considerado inalcanzables hace unos meses.
¿En qué basa el coronel su desánimo? De entrada, en la asunción -algo discutible y poco comprobable- de que Putin ha aprendido de sus errores. Por sí misma, esa no es una gran razón, puesto que no sabemos si es verdad o no. Kemp cita a combatientes ucranianos en el frente del Donbás, pero no especifica qué cambios exactos se van a producir para evitar los decepcionantes resultados de la primera gran ofensiva de febrero de 2022. Alude al cambio en la cúpula del ejército, con la llegada de Gerasimov en sustitución de Surovikin, pero al fin y al cabo ese no deja de ser el tercer cambio que hace Putin desde que empezó la guerra… y los dos anteriores no supusieron ningún cambio sustancial a su favor.
Ahora bien, puede que Kemp tenga razón. En las últimas horas, hemos sabido algo que parece indicar una variación en el enfoque ruso: el magnate Eugeni Prigozhin, dueño del Grupo Wagner, se lamentaba de que el Kremlin ya no le dejara reclutar nuevos mercenarios en las cárceles rusas. Es un paso más en la inevitable caída de un grupo paramilitar llamativo por su crueldad, pero tremendamente poco eficaz en su desempeño, lo que es natural cuando se acoge a delincuentes indisciplinados y, a menudo, sin experiencia militar previa.
[Zelenski ante la Eurocámara: "Sólo nuestra victoria garantizará el modo de vida europeo"]
Sea como fuere, este paso deja claro que Gerasimov está harto de que Prigozhin se cuelgue medallas mediáticas… y que el ministerio de defensa ruso pretende que las futuras victorias solo puedan achacarse a su ejército regular. Los avances, muy matizables, en Bakhmut y Volehdar, podrían no ser sino el previo a una enorme ofensiva a iniciarse antes de que las armas occidentales lleguen al frente, una especie de "ahora o nunca" que podría plantearse Putin antes incluso de terminar con la movilización de medio millón de soldados que anunció recientemente el ministro de asuntos exteriores ucraniano.
Victoria por aplastamiento
Precisamente el número de tropas es otro de los motivos que Kemp señala para justificar su predicción. Según el coronel británico, Rusia no ha hecho sino seguir una táctica de desgaste. Intentaron la guerra relámpago y, una vez fracasado el intento, el resto ha sido un mero esperar la siguiente oportunidad. Los repliegues habrían sido tácticos, para poder fortalecer sus posiciones para un futuro ataque. El número de bajas sería simplemente un modo de aumentar también las del enemigo.
[Las 'alas para la libertad' de Zelenski no volarán hasta 2027: su gira europea se complica]
Según Kemp -y eso casa con lo que estamos viendo en este y otros conflictos- a Rusia no le importa mandar tantos hombres como haga falta al matadero. Cuentan con esa superioridad demográfica y esa falta de escrúpulos como una de sus grandes ventajas. Intuyen que, tarde o temprano, Ucrania no podrá mandar más hombres o, desde luego, no tan preparados. Probablemente, tenga razón, pero hay que señalar que las cifras de Kemp parecen estar infladas. En su artículo, habla de 120.000 muertos por bando, algo que no casa con lo que sabemos.
Aunque es muy complicado determinar el número exacto de fallecidos en este conflicto, pensar en 50.000 por bando ya sería un poco exagerado. Otra cosa es el número de bajas, contando no solo muertos, sino también heridos graves, capturados y desertores. Ahí, sí que la cifra que da Kemp puede ser correcta. En cualquier caso, no hay que olvidar que el ejército ucraniano es el segundo más grande de Europa en número de reservistas y que el país está en movilización permanente desde el mismo 24 de febrero. Si Putin puede mandar medio millón de hombres al frente, a Zelenski no debería costarle tanto encontrar un número semejante. Otra cosa es el precio que pague por ello el tejido social de país.
Proteger Sloviansk y Kramatorsk
Choca del artículo la contundencia con la que Kemp se expresa. Habla de la necesidad de prepararnos para "un duro golpe" y de "ser realistas". Niega que Ucrania esté ganando la guerra, aludiendo precisamente al elevado número de bajas que está sufriendo -un argumento que está un poco cogido por los pelos- y, como decíamos antes, urge a Occidente a hacer algo cuanto antes. Las armas prometidas, como sabemos, no llegarán hasta primavera, verano o incluso más allá. Mientras, los ucranianos tendrán que defenderse con lo que les quede de envíos anteriores, que, en cualquier caso, es bastante más de lo que tenían hace un año.
Aunque el coronel hable de enormes avances –"sorprendentes" es el adjetivo que utiliza-, no acaba de especificar dónde los espera. Se entiende que en el Donbás, pero no sabemos cuál sería su alcance exacto. En las últimas horas, además del continuo bombardeo sobre posiciones ucranianas en Donetsk, se ha producido un intento de ofensiva desde Kreminna, en Lugansk. Obviamente, la idea es rodear por todos los lados el núcleo Sloviansk-Kramatorsk, que resistió gloriosamente el ataque de la pasada primavera, pero cuya pérdida sería devastadora para Ucrania.
¿Puede defender con éxito dicho núcleo el ejército de Zelenski? No acabamos de tener información suficiente para pensar lo contrario. Por mucho que se hable de grandes movilizaciones humanas -necesariamente carentes de la formación necesaria-, los problemas de Rusia para avanzar en ciudades casi simbólicas como Bakhmut siguen haciendo complicado pensar en que puedan tomar las dos ciudades emblema del Donbás ucraniano tan fácilmente. Tampoco sabemos si optarán por un ataque violento o si seguirán su táctica de desgaste. Recordemos que el tiempo corre ahora a su favor, pero pronto correrá en su contra. En cuanto llegue la primavera y, con ella, los paquetes de ayuda occidentales. Si, para entonces, Ucrania ha conseguido defender sus posiciones, podrá plantearse una nueva contraofensiva.