El oligarca ruso Roman Abramovich entregó cerca de 4.000 millones de euros en fideicomiso a sus hijos para esquivar la importante amalgama de sanciones de Occidente al tejido empresarial ruso. Según ha revelado el diario inglés The Guardian, este se valió para tal fin de un total de 10 cesiones de 'fideicomiso con ventajas fiscales' desde febrero de 2022, semanas antes de que comenzasen las hostilidades entre Rusia y Ucrania. La operación se habría llevado a cabo mediante una sociedad con sede en la isla de Chipre.
Esta reorganización patrimonial ha trascendido a la prensa inglesa a través de cientos de emails y datos que, tal y como enuncia el citado medio británico, evidencian importantes dudas sobre si se llevaron a cabo, solo y exclusivamente, para: "proteger la gran fortuna del oligarca de la amenaza de la congelación de activos", rubrica el diario.
Abramovich habría cedido a sus hijos importantes propiedades en ciudades de todo el mundo así como un lujoso yate, su flota de aviones y otros elementos patrimoniales de gran valor. El pasado mes de mayo, este medio adelantó la complicada situación del oligarca, quien se mostraba como un mediador dispuesto a llegar a un acuerdo con tal de no perder su fortuna.
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Roman Abramovich, de 56 años, que fue presidente del Chelsea Fútbol Club desde el año 2003 hasta el pasado 2022, es un magnate ruso que ha obtenido su riqueza mediante la industria petrolera.
Abramovich posee triple nacionalidad, rusa, israelí y portuguesa, estando considerado según el índice de riqueza de Bloomberg como la segunda riqueza de Israel y la primera de Portugal, con un patrimonio neto de 8,7 millones de dólares. El magnate participó en negociaciones entre ambos países, sufriendo poco tiempo después un intento de envenenamiento a modo de 'aviso' por parte de Rusia.