Rusia ha logrado evacuar de Jersón a todos sus hombres, una retirada a la 'altura' de la invasión: han dejado el terreno minado y el puente Antonovski, de gran relevancia estratégica, se ha derrumbado. Sobre el río Dnipro, es el único que quedaba en pie para unir la ciudad con los territorios ocupados de la otra orilla. La alternativa más cercana se encuentra ahora a 70 kilómetros.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, no ha querido pronunciarse sobre el fracaso en Jersón. El único mensaje que has trascendido sobre esta derrota ha sido de Ígor Konashénkov, portavoz del Ministerio de Defensa, por escrito y para informar de que el repliegue de las tropas rusas se ha completado "a las cinco de la mañana hora de Moscú" y para asegurar que no ha habido bajas.
Konashénkov subraya en su mensaje que no han dejado atrás "ni una sola pieza". Esta última declaración traslada a septiembre, cuando los invasores huyeron de Járkov de forma apresurada, dejando tras de sí gran cantidad de armamento y vehículos militares, que quedaron en manos ucranianas.
La mayor derrota
El comandante de las fuerzas rusas que combaten en Ucrania, Serguéi Surovikin, anunció este miércoles la retirada de Jersón, considerada la mayor derrota sufrida por Moscú desde el inicio de la campaña militar en febrero. El motivo es la incapacidad de garantizar la defensa de ese territorio anexionado hace mes y medio ante la superioridad numérica del enemigo.
Las autoridades ucranianas han reaccionado con escepticismo a la noticia, aduciendo que el repliegue podría ser, en realidad, una emboscada, mientras medios internacionales apuntaron que la batalla por el control de la ciudad de Jersón aún no ha terminado. "El enemigo no nos regala nada (...). Todo esto lo logramos luchando", dijo el presidente Volodímir Zelenski.
Según el portal ucraniano Ukrinform, que aporta una fotografía, la bandera de Ucrania ondea ya en el centro de Jersón, mientras se suceden las llamadas a la cautela respecto a la retirada rusa por parte de Kiev. Según ese medio, los "patriotas ucranianos" han colgado la enseña en la Plaza de la Libertad, frente al edificio de la administración regional.
En su último mensaje a la nación, Zelenski ha dicho que de los 300.000 kilómetros cuadrados minados por los ocupantes rusos en su país faltan por limpiar 170.000, lo que considera básico para restablecer las condiciones de una vida normal en los territorios liberados.