El ecologista y progresista Alexander van der Bellen ha sido reelegido como jefe del Estado de Austria al lograr una mayoría absoluta del 54,6% en la primera vuelta de las elecciones presidenciales celebradas este domingo y en las que ha concurrido como independiente pero con el apoyo de cuatro de los cinco partidos parlamentarios.
Este resultado, con el 100% de papeletas escrutado, no incluye el dato del voto por correo, que será anunciado este lunes y que con toda probabilidad dará al reelegido presidente con al menos 1,5 puntos más.
Van der Bellen, de 78 años, ha logrado tres puntos porcentuales más que en las elecciones presidenciales de 2016, cuando derrotó al candidato del partido ultranacionalista FPÖ tras un largo proceso electoral que lo colocó como símbolo en Europa de cómo frenar el avance de la derecha populista.
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El candidato del FPÖ en estas elecciones, Walter Rosenkranz, ha sido el segundo más votado, con el 19,1%, (con una previsión de 17,9 cuando se incluya el voto por correo) ligeramente por debajo de la actual intención de voto de esta formación.
Los otros cinco candidatos han obtenido entre el 8,4 y el 1,6%, y la participación ha sido del 66%.
El FPÖ ha sido el único de los cinco partidos parlamentarios que ha presentado candidato propio a la jefatura del Estado, un cargo eminentemente representativo, con pocas competencias ejecutivas pero con la atribución constitucional de poder cesar al Gobierno.
El conservador Partido Popular y Los Verdes, que forman el Ejecutivo; el socialdemócrata SPÖ, líder de la oposición; y el liberal Neos han respaldado a Van der Bellen.
Esos partidos han considerado que la victoria de Van de Bellen da continuidad y estabilidad al país en un momento de incertidumbre por la situación económica y la invasión rusa de Ucrania.
El FPÖ ha calificado al actual presidente como el candidato de la élite y del sistema político, alejado de los problemas de la gente, corresponsable de los problemas derivados de la inflación y la crisis energética y pasivo ante lo que considera inactividad del Gobierno.
Un discurso que han mantenido otros cuatro candidatos que, al igual que Rosenkranz, habían prometido cesar al Gobierno, al que consideran al borde del colapso y responsable de la elevada inflación.