Miles de personas se han despedido este sábado en la histórica Sala de las Columnas de la Casa de los Sindicatos en Moscú del último dirigente de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, que falleció el martes a los 91 años. Putin le ha negado un funeral de Estado y no ha acudido para darle un último adiós.
Con este boicot el jefe del Kremlin pretendía mostrar a Occidente que Gorbachov es percibido en Rusia como una persona débil, detestado más que amado por el publo ruso. Sin embargo, la sala se abrió a 10:00 hora local (las 9 hora peninsular española) e iba a cerrarse dos horas más tarde, pero los rusos seguían haciendo pacientemente cola para entrar a dar su último adiós a Gorbachov, cuyo féretro con dos guardias de honor a cada lado se expuso en la Sala de las Columnas, reservada a personalidades ilustres.
Las exequias, que no tienen carácter de Estado, han tenido "algunos elementos" como la guardia de honor, según ha justificado el Kremlin, que en absoluto contaba con que la asistencia de miles de ciudadanos rusos obligaría a ampliar el horario de la capilla ardiente.
La mayoría de quienes querían despedirse de Gorbachov han tardado cerca de dos horas en entrar en el histórico edificio para rendirle homenaje y depositar rosas y claveles delante del ataúd.
Un fuerte dispositivo policial acompañaba a los ciudadanos que se acercaron a la Casa de los Sindicados, con vallas y arcos de seguridad a lo largo del recorrido.
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Putin no acude por "agenda"
El gran ausente del día ha sido el presidente ruso, Vladímir Putin, que se excusó por un "tema de agenda". Desde el Kremlin recuerdan que el mandatario se despidió de Gorbachov ya en el Hospital Clínico Central de Moscú, donde le llevó un ramo de flores.
El único líder extranjero que ha acudido a Moscú para despedirse de quien es considerado uno de los políticos más relevantes del siglo XX en Occidente ha sido el primer ministro húngaro, el ultranacionalista Viktor Orbán.
También se despidieron del padre de la Perestroika los embajadores de EEUU, el Reino Unido y Alemania, entre otros.
Entre las personalidades rusas que querían rendir homenaje a Gorbachov estuvieron el periodista ruso Dmitri Murátov, premio Nobel de la Paz 2021, y director del periódico independiente Nóvaya Gazeta, cerrado en Rusia y que el fallecido político ayudó a fundar.
También pasaron por la Casa de los Sindicatos el líder del partido, el jefe de la agencia espacial Roscosmos, Yuri Borísov, o el defensor de los derechos de los empresarios, Borís Titov.
El último líder soviético será enterrado por la tarde junto a su esposa, Raísa, fallecida en 1999, en el cementerio Novodévichi de Moscú.