La Oficina Nacional de Energía Nuclear (OAH) de Hungría ha dado su visto bueno a la ampliación de la planta nuclear de Paks, al sur de Budapest, que se realizará con un crédito ruso y con la participación de la empresa estatal rusa Rosatom.
Este permiso, emitido el jueves por la noche, significa que tras los preparativos necesarios podrá iniciarse la construcción de dos nuevos reactores, que se unirán a los cuatro existentes, un proyecto que costará unos 12.500 millones de euros.
La prensa húngara señala que las obras podrían comenzar en Paks en las próximas semanas.
A pesar de las sanciones europeas contra Rusia por la invasión de Ucrania, el Gobierno húngaro considera que ante la actual crisis energética la ampliación juega un papel importante en el futuro abastecimiento del país.
El Gobierno del ultranacionalista Viktor Orbán es considerado el mejor aliado de Moscú dentro de la Unión Europea (UE).
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El pasado julio, como respuesta a la crisis energética el Parlamento Europeo, apoyó la propuesta de que el gas y la energía nuclear se consideren fuentes de energía sostenibles.
"Ha quedado claro que en el futuro sólo podrán sentirse seguros aquellos países que son capaces de producir la energía que consumen. Por ello, el proyecto de Paks es crucial", dijo recientemente el ministro de Exteriores, Péter Szijjártó.
Los nuevos bloques de Paks, con una potencia de 1.200 MW cada uno, podrán estar operativos de aquí al año 2030 y el plan es que funcionen junto con los cuatro existentes, de 500 MW cada uno.
En marzo de 2017, la Comisión Europea aprobó el plan de Budapest para financiar el proyecto, tras descartar posibles violaciones de las leyes comunitarias.
Algunos países, como la vecina Austria, se oponen al proyecto y Viena ha presentado un recurso de nulidad ante el Tribunal de Justicia de la UE.
Rosatom firmó en 2014 un acuerdo con Hungría para añadir dos reactores a la central de Paks, la única en el país. La planta, de construcción soviética, comenzó a funcionar en 1982 y produce hoy más del 50% de la electricidad que consume el país centroeuropeo.