El presidente francés, Emmanuel Macron, remodeló este lunes su Gobierno después de haber perdido la mayoría absoluta en las legislativas de junio, en un gabinete en el que se mantienen las principales figuras que estaban desde mayo en las carteras de Economía, Interior, Defensa, Justicia o Exteriores.
En la remodelación se incluye la salida del ministro de Solidaridad y de Personas con Discapacidad, el conservador Damien Abad, que estaba cuestionado por las acusaciones de varias mujeres de violencia sexual, que dieron lugar la semana pasada a la apertura de una investigación judicial por intento de violación, y que ha sido sustituido por Jean-Christophe Combe.
Abandonan el Ejecutivo las tres ministras de Sanidad, Brigitte Bourgignon, de la Transición Energética, Amélie de Montchalin, y del Mar, Justine Benin, que no fueron elegidas en las legislativas del mes de junio, en aplicación de una regla no escrita desde hace muchos años que establece que los perdedores en unas elecciones no pueden formar parte del Gobierno.
Bourguignon ha sido sustituida por François Braun, un médico de reconocido prestigio que presidía el organismo nacional de coordinación de las urgencias hospitalarias y que trabajó en la elaboración de las propuestas sanitarias para la campaña presidencial de Macron. El puesto de Montchalin lo retoma Christophe Béchu, que ha sido durante el último mes secretario de Estado de las Administraciones Territoriales; el de Benin, Hervé Berville.
Una entrada destacada es la de la hasta ahora economista jefe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Laurence Boone, que trabajará bajo las órdenes de la responsable de la diplomacia francesa, Catherine Colonna, como ministra delegada para Asuntos Europeos.
Cambios reseñables
Macron ha hecho varios cambios con clara significación política, como el nombramiento para un cargo tan expuesto y visible como el de portavoz, además de responsable de la Renovación Democrática, de Olivier Véran, que fue ministro de Sanidad durante la mayor parte de la crisis de la covid y que desde hace cinco semanas tenía la cartera de Relaciones con el Parlamento.
El departamento de Relaciones con el Parlamento recae ahora en Franck Riester, que ha formado parte de todos los gobiernos de Macron, últimamente al frente del Comercio Exterior. La antigua portavoz, Olivia Grégoire, sube en grado al convertirse en ministra delegada para las Pymes, el Comercio y el Turismo. Algo similar le ocurre a Clément Beaune, que pasa de la cartera de Asuntos Europeos a la de Transportes.
Una cierta sorpresa representa la continuidad de la secretaria de Estado de Desarrollo, Francofonía y Alianzas Internacionales, Chrysoula Zacharpoulou, sobre la que se especulaba que podría sufrir la misma suerte que Abada, ante el riesgo de un procedimiento judicial. Porque Zacharpoulou ha sido objeto en las últimas semanas de acusaciones de tres mujeres que consideran haber sido violadas o víctimas de violencia médica durante su práctica profesional como ginecóloga.
El nuevo Ejecutivo celebra a las 16.00 locales su primer Consejo de Ministros con una primera urgencia puesta en el poder adquisitivo, que será objeto de un proyecto de ley que se quiere tramitar en el Parlamento en julio.
Además, el miércoles la primera ministra, Elisabeth Borne, pronunciará sucesivamente ante las dos cámaras un discurso de política general. La duda que no ha despejado todavía es si se someterá a un voto de confianza, lo que serviría para evaluar la disposición de los grupos de oposición.