Bruselas

"El suministro mundial de alimentos está en peligro debido a la invasión de Rusia en Ucrania", ha denunciado este viernes el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell. Las tropas rusas bombardean los campos ucranianos, no permiten la recogida de los cultivos, saquean los almacenes de cosechas y bloquean los puertos ucranianos. El resultado es que los precios de los alimentos y de los fertilizantes se han disparado en muchas partes del mundo y la situación seguirá empeorando en los próximos meses.

La crisis alimentaria provocada por la guerra de Vladímir Putin ha sido el principal punto en el orden del día de la reunión de ministros de Desarrollo de los Veintisiete celebrada en Bruselas. La Unión Europea busca rutas alternativas para sacar de Ucrania cuanto antes 20 millones de toneladas de cereales ya cosechados y que amenazan con echarse a perder.

Borrell ve improbable que pueda alcanzarse un pacto con Moscú para desbloquear los puertos ucranianos en el mar Negro. "Necesitamos el acuerdo de Rusia si se trata de pasar por territorios bajo control ruso, por supuesto. Si hay que desbloquear los puertos ucranianos del mar Negro hará falta el acuerdo ruso. Pero no olvidemos que estas aguas están llenas de minas. Por lo tanto, no es una tarea fácil", ha relatado.

A su juicio, la mejor opción es establecer corredores ferroviarios por territorios en los que Rusia no tiene control. "En este momento, la intención es intentar enlazar otros puertos del mar Negro en las costas de países miembros de la UE que puedan ser accesibles por tren desde Ucrania", ha indicado el Alto Representante para la Política Exterior. La prioridad para Bruselas es reducir el tiempo que tardan los trenes en hacer este recorrido, que ahora es de 16 días de media.

Aparte de resolver el problema más inmediato de los cereales bloqueados, los ministros han discutido cómo cubrir el déficit de cosechas que no podrán recolectarse ni plantarse este año en Ucrania por culpa de la guerra. En 2021, Ucrania y Rusia se encontraban entre los principales exportadores del mundo de cereales y semillas de girasol.

Ahora, Moscú está ocupando o bombardeando una buena parte de la tierra cultivable ucraniana. Casi la mitad del trigo, el 40% de la cebada y más del 60% del maíz que se tenían que recolectar en verano de 2022 están situados en zonas de riesgo, según ha dicho Borrell. Eso significa que una parte importante de estos cereales no podrá cosecharse y tampoco se plantarán para la siguiente temporada.

"Está claro que las primeras víctimas serán las poblaciones vulnerables en todo el mundo, en particular en los países de renta baja que dependen de la importación de alimentos y fertilizantes", avisa el jefe de la diplomacia comunitaria. Las regiones más expuestas son el Sahel y el Cuerno de África

El exministro de Exteriores español cree que se necesita una "respuesta global" para asistir a estos países pobres, en la que la UE debe jugar un papel de liderazgo. Y para ello ha pedido a los Estados miembros que sean solidarios y aporten dinero de sus presupuestos nacionales, ya que el presupuesto comunitario está alcanzando sus límites y no puede incurrir en déficit. También reclama evitar cualquier restricción al comercio global de productos agrícolas.

La UE debe reforzar además su "diplomacia alimentaria" con el fin de "contrarrestar la maquinaria de desinformación" del Kremlin, que trata de convencer al mundo de que el aumento de precios se debe a las sanciones de Occidente contra Moscú

"Esta es una alegación falsa por parte de Rusia. No son las sanciones, es la propia guerra la que está provocando esta crisis alimentaria y las fuertes subidas de precios. Nuestras sanciones no afectan a los productos agrícolas ni a los fertilizantes. No estamos impidiendo a Rusia exportar estas cosas porque sabemos que podrían afectar al mercado mundial de alimentos", ha subrayado Borrell.

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