Las tropas rusas han reanudado este lunes su asalto a la acería de Azovstal después de que un convoy de la ONU abandonara la región de Donetsk, tal y como han informado fuentes ucranianas.
"Como era de esperar, tras la salida del convoy de la ONU de la región de Donetsk, los ocupantes comenzaron a asaltar Azovstal. En particular, intentaron destruir el puente, que era la puerta para la evacuación. Sin éxito", precisó en Telegram Petro Andryushchenko, asesor del alcalde de Mariúpol.
Pese a la situación crítica que viven los soldados ucranianos en la acería, la resistencia está siendo heroica. Las tropas rusas han vuelto a incrementar sus ataques, pero Azovstal sigue sin caer por completo.
Las tropas rusas tenían planeado lanzar su asalto final este 9 de mayo con motivo del desfile del Día de la Victoria -jornada que conmemora la victoria de la Unión Soviética sobre la Alemania nazi en 1945-, pero la alegría de Vladimir Putin se ha reducido a un espectáculo en el que el mandatario ruso ha mostrado al mundo su potencial y opulencia.
Los soldados ucranianos han conseguido frenar hasta nueve ataques durante la pasada noche y, pese al esfuerzo sobrehumano, los allí presentes no permiten a las tropas rusas avanzar.
"Todos trabajan incansablemente y realizan sus tareas", declaraban en una publicación informativa en Telegram. "Todo esto está realmente al borde de las capacidades humanas", continuaba la publicación. "Los rusos retroceden desconcertados, y las tripulaciones simplemente dejan los autos maltratados y huyen", añaden.
El portavoz del Ministerio de Defensa, Oleksandr Motuzyanyk, ha declarado en una sesión informativa que "el enemigo sigue bloqueando a nuestras unidades en la zona de la fábrica Azovstal, y está llevando a cabo operaciones de asalto con el apoyo de fuego de tanques y artillería".
En tanto, Svyatoslav Palamar, sucomandante del Regimiento Azov, que defiende la instalación siderúrgica, señaló en declaraciones a Canal 24 que la situación es crítica para los militares heridos debido a la falta de medicamentos.
"La situación es difícil, crítica. No hay suficientes medicamentos. Ya no tenemos instrumentos quirúrgicos. No hay opción de prestar atención médica cualificada", subrayó.
Rusia ya había declarado la victoria en Mariúpol, ciudad estratégica en el Mar de Azov, pero Azovstal sigue en manos de los combatientes ucranianos. El presidente ruso, Vladimir Putin, declaró el 21 de abril que no era necesario asaltar la acería, pero pidió a las fuerzas rusas que bloquearan la zona "para que no pueda pasar ni una mosca".
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha cifrado en unos 300 el número de civiles que han logrado ser evacuados durante los últimos días de Azovstal, mientras se sigue trabajando, aseguró, para sacar a los ciudadanos que siguen en Mariúpol, así como a los soldados heridos.
Los rusos, atrasados en sus objetivos
Las fuerzas rusas avanzan lentas, pero gradualmente por la región del Donbás, en el este de Ucrania, donde la situación es "dinámica", tal y como ha informado este lunes Pentágono.
El portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos, John Kirby, precisó en una rueda de prensa que, pese a que se ha ralentizado el avance ruso, no lo calificaría de "estancamiento".
"Hay ciudades y pueblos que cambian de manos a veces en el transcurso de un mismo día", remarcó Kirby. Explicó que EEUU ve que los rusos siguen progresando "gradualmente" desde el norte del Donbás hacia el sur, "en concreto a lo largo de la línea que parte de la localidad de Izium".
Kirby recordó que las fuerzas rusas se están encontrando con una "fuerte resistencia ucraniana" y que hay intercambio de artillería.
"Creemos que (los rusos) están por detrás de su propio calendario y el progreso que están haciendo es muy limitado, en términos geográficos", aseguró.
Kirby detalló que Rusia ha mejorado su sistema logístico y de mantenimiento, respecto a la etapa inicial de la ofensiva, que comenzó el 24 de febrero, pero que "aún no ha resuelto sus problemas de comando y control".