Emmanuel Macron ha sido investido este sábado para un segundo mandato de cinco años como presidente francés en una solemne ceremonia en la que ha asumido que debe ser "un presidente nuevo" para cubrir las expectativas de "un pueblo nuevo", distinto al que le votó por primera vez en 2017. También ha avanzado que su mandato estará marcado por "un proyecto europeo de progreso científico y ecológico", en el que la primera prioridad será el conflicto en Ucrania.
"El pueblo francés no ha prolongado el mandato que ahora termina. Es un pueblo nuevo, diferente al de hace cinco años, el que ha confiado a un presidente nuevo un mandato nuevo", ha dicho Macron en su discurso, en el que ha plasmado la voluntad de tender puentes que ya expresó incluso en plena noche electoral.
Lo más urgente, ha destacado, es "evitar cualquier escalada tras la agresión rusa en Ucrania" y "ayudar para que gane la democracia" en ese país, para así "construir una nueva paz europea y una nueva autonomía de nuestro continente".
El mandatario francés de 44 años ha realizado una clara interpretación del significado de su reelección el pasado 24 de abril en la segunda vuelta de las presidenciales, con un 58,5% de los votos frente a la candidata ultraderechista, Marine Le Pen.
Proyecto europeo
"Donde muchos pueblos han cedido al repliegue, a la tentación nacionalista, a la nostalgia del pasado, a las sirenas de ideologías que pensábamos haber dejado el siglo pasado, el pueblo francés ha optado por un proyecto europeo de progreso científico y ecológico", ha explicado.
"Un proyecto -añadió- claro y explícito de futuro, un proyecto republicano y europeo, un proyecto de independencia en un mundo desestabilizado" y que "da la espalda a la demagogia fácil".
Esa insistencia en su programa europeísta se va a concretar en su agenda de comienzos de la semana próxima, ya que el lunes por la mañana estará en el Parlamento Europeo en Estrasburgo para el cierre de la Conferencia para el Futuro de Europa, que se había lanzó hace un año para implicar a los ciudadanos.
Por la tarde Macron hará a Berlín su primera visita al extranjero tras su reelección, un clásico de los presidentes franceses cuando entran en funciones. Allí será recibido por el canciller, Olaf Scholz, en un encuentro con el que pretende mostrar "la importancia del eje francoalemán".
Fracturas de Francia
Más allá de esa dimensión profundamente europea, su discurso también ha querido ser un anticipo de su voluntad de intentar abordar las múltiples fracturas que atraviesan Francia y que han quedado en evidencia en sus primeros cinco años en el poder y en la campaña electoral para su reelección.
Ha asegurado que trabajará "para construir una sociedad de pleno empleo", para hacer de Francia una "gran potencia ecológica" y para "seguir atacando de raíz las desigualdades" con "una escuela cada vez más incluyente" y "con una sanidad más accesible en todo el territorio".
También ha prometido actuar en favor de la igualdad de hombres y mujeres. Y para proteger a los franceses con un Ejército "fuerte" y presente "en todos los continentes".
Su objetivo último es "una nación más independiente, vivir mejor y construir respuestas francesas y europeas a los desafíos de nuestro siglo".
Sobre el método, ha asegurado que su acción no consistirá en "administrar el país" ni en "encadenar reformas", en una clara respuesta a los que le reprochan haber gobernado desde una torre de marfil sin tener en cuenta el sentir de la calle, con el recuerdo puesto en el estallido social de los "chalecos amarillos".
En lugar de eso, afirma que "tenemos que inventar entre todos un nuevo método (...) con el que podamos construir un nuevo contrato productivo, social y ecológico". Eso implica "respeto, consideración, la asociación de todos", ha matizado.
Al término de su discurso, que ha tenido lugar en la sala de fiestas del palacio presidencial, la ceremonia ha continuado en los jardines del Elíseo, donde se han escuchado 21 salvas de cañón lanzadas desde los Inválidos, en la otra orilla del río Sena, y donde se ha rendido homenaje a la bandera y pasado revista a una pequeña representación del Ejército.
Hollande y Sarkozy
A la investidura de Macron han acudido alrededor de 450 personas, entre los que destacan los dos presidentes que le precedieron en el Elíseo: el socialista François Hollande y el conservador Nicolas Sarkozy.
Los miembros del Gobierno de Jean Castex van a permanecer en el cargo al menos hasta el próximo fin de semana, hasta el término formal del primer mandato de Macron, el día 13 a medianoche.
Después de eso sí que habrá un nuevo Ejecutivo cuya misión primera será preparar las elecciones legislativas de los próximos 12 y 19 de junio en las que el presidente confía en conseguir una mayoría parlamentaria -es lo que anticipan las encuestas- ya que en caso contrario se vería obligado a una cohabitación.