Las tropas rusas han entrado este domingo en la ciudad ucraniana de Járkov. Se trata de la segunda ciudad más grande de Ucrania, situada al norte del país, donde ya se han sufrido las primeras pérdidas. Mientras tanto, la situación en la capital, Kiev, se mantiene al límite, tras una nueva noche de bombardeos. El presidente, Volodímir Zelenski, ha asegurado que los ataques están siendo "brutales".
Sin embargo, el gobernador del óblast de Járkov, Oleh Synegubov, ha afirmado horas después que los combatientes ucranianos han conseguido repeler el ataque ruso y tienen Járkov de nuevo bajo control. "Las fuerzas armadas, la policía y las fuerzas de defensa están trabajando y la ciudad ha sido limpiada por completo de enemigos", ha dicho.
Járkov había amanecido esta mañana con el ruido de las explosiones. Sus calles desiertas dan testigo del asedio al que se enfrenta también la que es la segunda mayor ciudad del país. Una urbe situada al norte, cerca de la frontera con Rusia, en la que sus ciudadanos hablan con normalidad las dos lenguas (ucraniano y ruso).
Las autoridades ucranianas informaron por la mañana de la presencia de vehículos blindados rusos en la ciudad, debido a lo cual se ha cancelado el transporte en algunos distritos, como el de Oleksiyivka, y en redes sociales se han compartido imágenes en las que se ve cómo algunos ciudadanos han acudido a refugiarse de los ataques a las estaciones.
Debido a la situación crítica, las autoridades han recomendado a la población dirigirse a los refugios mientras reiteran que lograrán destruir al enemigo. "Combatimos en Járkov, Rusia sufre bajas. Ya hay información sobre el primer vehículo de los ocupantes rusos que irrumpió en Járkov (destruido). La lucha continúa", ha explicado el Servicio Estatal de Comunicaciones Especiales y Protección de la Información de Ucrania.
También Zelenski se ha referido a estos ataques, así como a los ocurridos en la capital, Kiev, y los ha calificado de "brutales". Según ha denunciado el mandatario, las fuerzas rusas estarían atacando zonas de civiles, y no sólo infraestructuras militares.
Desde Moscú, en cambio, aseguran que sólo han atacado blancos militares, nunca civiles ni infraestructuras sociales. Algo que no coincide con lo que se ve sobre el terreno en otras regiones, como en Donetsk, donde hay viviendas ametralladas en el cruce de disparos.
Bombardeos en Kiev
En uno de sus últimos vídeos, en el que da ánimos a la población y hace balance de la situación, Zelenski trata de poner su mejor cara, aunque las circunstancias no ayudan, y vuelve a llamar a los suyos a resistir. "Venceremos", insiste, al tiempo que asegura que Ucrania aún mantiene el control de los puntos claves de Kiev pese al avance ruso.
Zelensky insta también a detener la guerra y reclama a Europa más sanciones contra Putin, animando a los propios rusos a rebelarse contra él: "Los soldados detenidos no entienden por qué les manda a morir o a matar", justifica.
Ucrania celebra que por el momento Rusia no ha logrado tomar Kiev, aunque ya son dos las jornadas en las que la ciudad amanece entre tiroteos y explosiones. "El objetivo principal del enemigo, que es bloquear la capital de nuestra patria, la ciudad de Kiev, sigue sin cumplirse", recalcan sus autoridades.
Esta madrugada, en torno a la una aproximadamente, dos potentes explosiones han sacudido Kiev. Y el viceministro del Interior ucraniano ha advertido a la población de que es muy probable que se produzca un ataque aéreo inminente.
A pesar de ello, las fuerzas ucranianas afirman que mantienen sus posiciones y que los combates se libran en "los mismos lugares que hace tres días", según el consejero de la Presidencia de Ucrania Mijaíl Podoliak.
"Controlamos la situación en las regiones de Ucrania", señala. Y añade que "Rusia no puede hacerse con el control de ninguna ciudad ucraniana y se equivocaba si creía que a sus soldados los íbamos a recibir con flores".
Según fuentes estadounidenses, la mayoría de las más de 150.000 tropas desplegadas por Putin en torno a las fronteras de Ucrania, están ya luchando dentro del país. Sin embargo, los ucranianos resisten, por el momento, las embestidas del Ejército ruso.
Negociaciones en Gómel
Por su parte, Rusia ha anunciado este fin de semana el envío de negociadores a Bielorrusia para conversar con Ucrania, una reunión a la que finalmente el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha accedido pese a que considera a este país cómplice de la agresión rusa que sufre su Estado.
"La delegación rusa, formada por representantes de los ministerios de Exteriores, Defensa y otras entidades, incluida la Administración presidencial, llegó a Bielorrusia para conversar con los ucranianos. Estamos listos para comenzar las conversaciones en Gómel", ha anunciado el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Desde Kiev, Zelenski había respondido previamente a la oferta afirmando que Rusia utiliza el territorio bielorruso para agredir a su país y que, por tanto, la sede de las conversaciones debía ser otra.
"Varsovia, Budapest, Estambul, Baku, propusimos todo esto a la parte rusa, y de hecho nos vale cualquier otra ciudad de cualquier país desde donde no nos lancen misiles", ha explicado en un mensaje en vídeo, aunque finalmente ha aceptado la opción de la localidad bielorrusa.
Zelenski ha asegurado que los ucranianos "quieren conversar, quieren que la guerra termine".
Según el mandatario ucraniano, "solo así las conversaciones serán honestas y podrán poner fin a la guerra".