La brutalidad de Rusia en su invasión militar de Ucrania está provocando virajes de posición a velocidad de vértigo en la Unión Europea. Sanciones que parecían impensables hace apenas días, como congelar los activos de Vladimir Putin y su ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, han sido aprobadas por unanimidad por los 27 Estados miembros.
Un giro vertiginoso parecido se está produciendo en el debate sobre la expulsión de Moscú de la red internacional de pagos y transferencias SWIFT, el "arma nuclear" de las sanciones económicas porque desconectaría por completo a Rusia del sistema financiero internacional. En cuestión de horas, la UE ha pasado de descartar por completo la inclusión de SWIFT en el arsenal de sanciones contra el Kremlin a estudiar activamente esta posibilidad.
"SWIFT es el arma nuclear financiera. SWIFT es lo que permite bloquear el acceso de las instituciones financieras rusas a cualquier otra entidad financiera del mundo, lo que impide el pago de cualquier producto que venga de Rusia o se destine a Rusia", ha relatado el ministro de Finanzas de Francia, Bruno Le Maire, tras la reunión informal del Ecofin celebrada en París, en la que se ha discutido esta cuestión.
"Todas las opciones están sobre la mesa. Cuando tenemos un arma nuclear financiera entre manos, debemos reflexionar antes de utilizarla. Algunos Estados miembros han planteado reservas y las tenemos en cuenta. Francia no forma parte de estos países, quiero decirlo con toda claridad", asegura Le Maire.
Los ministros de Finanzas de los 27 han pedido a la Comisión y al Banco Central Europeo (BCE) que evalúen el impacto que tendría expulsar a Rusia de SWIFT. Un análisis que realizará "no en cuestión de semanas o días, sino de horas". "Eso demuestra nuestra total determinación de golpear al corazón del poder de Vladimir Putin", ha señalado el ministro de Finanzas galo.
España apoya sin reservas incluir SWIFT en el arsenal de medidas de represalia contra Moscú. "Hoy he trasladado la aceptación de España a que SWIFT estuviera incluido dentro de esas sanciones", ha anunciado el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, tras participar en una reunión con sus homólogos en Bruselas.
Tanto Reino Unido como Estados Unidos y Canadá apoyaban incluir SWIFT en el segundo paquete coordinado de sanciones contra el Kremlin que se aprobó este jueves, y que apunta precisamente de forma prioritaria contra el sistema financiero ruso. Pero la Unión Europea lo vetó por la oposición de algunos Estados miembros, en particular Alemania, Italia y Chipre, según explican fuentes diplomáticas.
El Gobierno alemán, dividido
El Gobierno de Berlín ha empezado a virar de posición. Mientras que la ministra de Exteriores, la verde Annalena Baerbock, mantiene su negativa, el responsable de Finanzas, el liberal Christian Lindner, ya no lo descarta. "Estamos abiertos, pero tenemos que saber lo que estamos haciendo", ha dicho tras la reunión del Ecofin.
Por su parte, Baerbock ha defendido que la expulsión de Rusia supondría que ya no se podría utilizar SWIFT "para financiar proyectos humanitarios", como demuestra la experiencia de Irán, que ya fue desconectado del sistema. "También significaría que las personas en Rusia, por ejemplo, una nieta que vive en Europa, no podría transferir dinero a su abuela", agregó.
"Eso puede sonar pequeño, pero aquellos que son responsables de este derramamiento de sangre tendrán formas y medios, por supuesto, para llevar a cabo sus operaciones financieras de todos modos", sostiene Baerbock.
En la Comisión Europea también son escépticos. Avisan de que expulsar a Rusia de SWIFT supondría en la práctica cortar todo el comercio entre Rusia y el resto del mundo, incluido el del gas, porque no se podrían verificar los pagos. "Habría que enviar cada vez un fax, lo que sería imposible para tantas operaciones de gran magnitud".
Además, Rusia y China ya están construyendo su propio sistema alternativo de mensajería financiera, con lo que Moscú podría sortear la expulsión de SWIFT, que además quedaría dañado como sistema internacional aceptado por todo el mundo.
Al final del viernes, todavía no había acuerdo entre los 27 sobre SWIFT, pero parecía más cerca que nunca. "La cuestión ha sido considerada pero de momento no ha logrado la unanimidad necesaria. No está en el actual paquete, pero tampoco se ha descartado. Es una posibilidad que se examinará", ha explicado el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.
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