El Papa Francisco ha aprovechado la primera misa del año en la basílica vaticana para condenar la violencia machista y reivindicar el papel de las mujeres en la Iglesia. "Cuánta violencia hay contra las mujeres. Basta, herir a una mujer es ultrajar a Dios, que tomó la humanidad de una mujer, no de un ángel, sino directamente de una mujer", ha reiterado el Papa. "La Iglesia es madre, es mujer. Por ello, desde este respuesta se puede encontrar el lugar de la mujer en la Iglesia", ha recalcado.
En la homilía, el Papa ha presentado el pesebre de Belén como "la prueba de que Dios está junto a los pastores; nace en un pesebre, un objeto muy conocido para ellos, mostrándose así cercano y familiar". "Su pobreza es una hermosa noticia para todos, especialmente para los marginados, para los rechazados, para quienes no cuentan para el mundo. Dios llega allí sin ninguna vía preferencial, sin siquiera una cuna.Aquí está la belleza de verlo recostado en un pesebre", ha destacado.
El Pontífice ha destacado que María "tuvo que pasar por 'el escándalo del pesebre'". "Pensemos en el sufrimiento de la Madre de Dios. ¿Qué hay más cruel para una madre que ver a su propio hijo sufrir la miseria? Es desconsolador. No se podría reprochar a María si se hubiera quejado por toda esa inesperada desolación. Pero no se desanimó. No se desahogó, sino que permaneció en silencio", ha añadido.
Francisco ha invitado a todos los católicos a imitar la actitud de María de "conservar meditando". "Porque hay ocasiones en que también nosotros tenemos que sobrellevar algunos 'escándalos del pesebre' -ha agregado-.Tenemos la esperanza de que todo va a salir bien, pero de repente cae, como un rayo de la nada, un problema inesperado".
En este sentido, ha destacado que la Madre de Dios enseña a sacar provecho de este choque. "Nos descubre que es necesario, que es el camino angosto para llegar a la meta, la cruz sin la cual no se resucita. Es como un parto doloroso, que da vida a una fe más madura", ha dicho.
De María, el Pontífice ha invitado a tener "esta mirada inclusiva, que supera las tensiones conservando y meditando en el corazón, es la mirada de las madres". "Es la mirada con la que muchas madres abrazan las situaciones de los hijos. Es una mirada concreta, que no se desanima, que no se paraliza ante los problemas, sino que los coloca en un horizonte más amplio. Vienen a la mente los rostros de las madres que asisten al hijo enfermo o en dificultad", ha incidido.
Así, ha destacado cuánto amor hay en sus ojos, que, mientras lloran, saben comunicar motivos para seguir esperando. "Su mirada es una mirada consciente, que no se hace ilusiones y, sin embargo, más allá del sufrimiento y de los problemas, ofrece una perspectiva más amplia, la del cuidado, la del amor que renueva la esperanza. Esto hacen las madres. Saben superar obstáculos y conflictos, saben infundir paz. Así logran transformar las adversidades en oportunidades para renacer y crecer", ha destacado.
En este sentido, ha señalado que "el nuevo año inicia bajo el signo de la Madre". Para el Papa, "la mirada materna es el camino para renacer y crecer.
"Las madres, las mujeres, no miran el mundo para explotarlo, sino para que tenga vida. Mirando con el corazón, logran mantener unidos los sueños y lo concreto, evitando las desviaciones del pragmatismo aséptico y de la abstracción. Y mientras las madres dan la vida y las mujeres conservan el mundo, trabajemos todos para promover a las madres y proteger a las mujeres", ha afirmado.