Mario Draghi ha salido al rescate de Italia. En plena pandemia por el coronavirus, el país vio, atónito, como se quedaba sin Gobierno después de que el ex primer ministro Matteo Renzi, líder de Italia Viva (IV), rompiera con la mayoría parlamentaria, haciendo caer el Ejecutivo de Giuseppe Conte.
Ahora, tras aceptar el encargo del presidente Sergio Mattarella, el reto que tiene por delante es el de conseguir formar un Gobierno y este jueves empieza la ronda de consultas para lograr una investidura.
Draghi deberá reunir en el fragmentado Parlamento italiano una mayoría que le apoye tras la dimisión del anterior primer ministro, Giuseppe Conte, y del naufragio de su coalición del Movimiento 5 Estrellas, la izquierda y el partido de Matteo Renzi.
Estas son las posturas de las diferentes formaciones ante la investidura de Draghi, de mayor a menor representación:
Movimiento 5 Estrellas (M5S): El principal partido del país sigue diciendo "no" a Draghi y enrocado en su apoyo a Conte y a un Gobierno "político" y no "técnico", aunque hoy uno de sus líderes más escuchados, Luigi Di Maio, ministro de Exteriores en funciones, ha abierto la puerta a un eventual apoyo: "A mi parecer el M5S tiene el deber de participar en las consultas, escuchar y tomar una decisión".
La formación antisistema, víctima frecuente del transfuguismo, trata de mantenerse firme en esta postura aunque el debate interno es intenso y corre el riesgo de acabar en cisma. Es probable que la militancia acabe decidiendo.
La Liga: El partido ultraderechista de Matteo Salvini exige elecciones cuanto antes, consciente del ascenso que vaticinan todas las encuestas. Pero se muestra cauto y espera a reunirse con Draghi para determinar la postura definitiva de su grupo parlamentario.
En las últimas horas viene avanzando que podría apoyar al primer ministro encargado solo si fija una fecha de elecciones anticipadas y renuncia a concluir la legislatura en su periodo natural, en 2023.
Partido Demócrata (PD): El principal partido de centroizquierda del país ha aceptado enseguida a Draghi, aunque se esfuerza en mantener la alianza con el M5S tras ver caer la coalición de Gobierno que les ha unido desde septiembre de 2019.
El PD intenta convencer a sus antiguos socios para que apoyen a Draghi.
Forza Italia: El partido de Silvio Berlusconi ha confirmado su apoyo a Draghi, tal y como venía dejando ver. Ahora se propone convencer a sus aliados ultraderechistas, que piden elecciones.
Hermanos de Italia: La formación ultra de Giorgia Meloni, la que más crece en todas las encuestas electorales, exige elecciones a toda costa. Su líder no descarta una abstención para permitir la investidura y, al mismo tiempo, mantener unida la coalición con Salvini y Berlusconi, con posturas ligeramente diversas.
Libres e Iguales: La tercera pata del Gobierno dimisionario de Conte, y la más izquierdista, ve con recelo la designación del banquero. En cualquier caso cree que lo mejor es decidir un eventual respaldo junto a sus aliados del Cinco Estrellas y los demócratas.
Italia Viva: La formación de Matteo Renzi, quien provocó la crisis del Gobierno de Conte al retirarle su apoyo clave, apoya sin ambages a Draghi como solución a la crisis de Gobierno.
El grupo mixto: Este heterogéneo conjunto de cincuenta diputados y veintidós senadores mantiene posturas contrastadas, en las que están a favor los europeístas de Azione, los de Centro Democrático, los del partido de la comunidad italiana en el extranjero MAIE, los de las minorías lingüísticas y los centristas Noi con l'Italia.
Así las cosas, en estos momentos Draghi obtendría unos 260 votos de los 316 que se requieren en la Cámara de los Diputados y en el Senado unos 139 de los 161 que marcan la mayoría absoluta (PD, IV, FI y los centristas y europeístas del Grupo Mixto). Con todo esto, un "sí" del Cinco Estrellas o una abstención de la ultraderecha es clave.
Una vez conseguida la investidura, Draghi podrá empezar a pensar entonces en los retos que se le depararán. El primer quebradero de cabeza para Draghi, y el motivo principal por el que ha sido designado por el jefe del Estado, Sergio Mattarella, será la gestión de los 220.000 millones de euros europeos, que es la principal preocupación en la Unión Europea (UE).
¿Cuánto durará la mayoría?
El gran problema, como ya ocurrió con el Gobierno tecnócrata de Mario Monti, será "cuánto durará la mayoría" que le apoye, señala De Romanis.
Monti, elegido en noviembre de 2011 por el entonces jefe de Estado, Giorgio Napolitano, para sacar a Italia de la crisis económica, presentó su dimisión poco más de un año después de que el partido de Silvio Berlusconi, el Pueblo de la Libertad (PDL), le retirase su apoyo y tras meses de continuas rencillas.
Por el momento, partidos como el Movimiento 5 Estrellas (M5S), el de mayor representación parlamentaria, y Hermanos de Italia ya han adelantado que no apoyarán a Draghi.
También Zotti esta de acuerdo en que la gestión del apoyo transversal de los partidos "será una dificultad de la que el gobierno no podrá aislarse, todo también ante la elección del próximo presidente de la República en la próxima primavera".
Tranquilizar a la UE
La UE ha alentado a los Estados a presentar borradores del Plan de Recuperación antes de la fecha límite, el 30 de abril, y el Gobierno de Giuseppe Conte tenía previsto llevar su planes de gestión al Parlamento, pero Draghi podría saltarse ese paso.
El expresidente del BCE también tendrá que despejar si recurrirá al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), uno de los motivos que ha hecho saltar el Gobierno, pues el causante de la crisis, Matteo Renzi, insistía en utilizarlo, al contrario de Conte.
"Draghi no se ha expresado nunca de manera neta sobre el MEDE", explica a Efe Veronica de Romanis, docente de Economía europea en la Universidad Luiss y que trabajó con él durante su etapa como gobernador del Banco de Italia.
En su opinión, en caso de que Draghi recurra a él, "partirá del método correcto: primero hacer un programa de cómo se utilizaran los fondos y después, en un segundo momento, ver dónde se pueden encontrar".
El mayor valor de Draghi -explica la economista- es su "mix de competencias"."Es un gran conocedor de la administración pública tras muchos años de gobernador del Banco de Italia; también conoce mucho la política porque durante su mandato hubo cambios continuos de ministros de Economía y fue él de hecho quien mantuvo las riendas; y conoce Europa porque ha estado en el BCE y sabe comunicar a los mercados".
Esto "tranquilizará a una Europa muy preocupada por la gestión de los fondos", añade la economista.
Para Antonio Zotti, profesor de Instituciones Europeas de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán, "un gobierno técnico liderado por una figura conocida, dotado de un apoyo no claramente identificable en el eje derecha-izquierda, es una solución prometedora para las instituciones de la UE".
Pero advierte de que, "sin embargo, a medio y largo plazo, muchos en Europa también son conscientes de los aspectos negativos de la solución técnica en la medida en que admite la incapacidad del proceso político normal para ofrecer soluciones".
La deuda "buena"
El también exgobernador del Banco de Italia, de 73 años, firmó en marzo de 2020, cuando se declaró la pandemia, un artículo en el Financial Times sobre cómo los Estados tenían que lidiar con la crisis y que muchos consideran un programa de Gobierno.
Allí anticipaba su idea de que los Estados sólo tenían la opción de producir deuda, pero una "deuda buena", y aplaudía medidas como la protección de los despidos o el aplazamiento del pago de los impuestos, aunque también abogaba por la ayuda de los bancos, "que pueden crear dinero al instante y abrir líneas de crédito".
Si forma gobierno, Draghi se encontrará sobre la mesa con la solicitud de una nueva variación presupuestaria de unos 24.000-25.000 millones prevista para financiar las ayudas a los sectores más afectados por la crisis.
Además, la prohibición de despedir por la pandemia expirará a finales de marzo y el Gobierno de Conte prorrogó 18 semanas más la financiación de expedientes temporales de regulación de empleo.
La gestión de la pandemia
El otro gran reto para Draghi será la pandemia y en particular la gestión de las restricciones con una media de 10.000 contagios y cientos de fallecidos diarios.
El próximo 5 de marzo caduca el decreto que determina las restricciones en el país y el sistema de zonas de riesgo que hasta ahora se ha establecido, con cierres de actividades y limitaciones de movilidad.
Por otra parte, la campaña de vacunación está sufriendo graves retrasos y Draghi deberá decidir si confía o no la gestión de la emergencia a Domenico Arcuri, el comisario nombrado por el Gobierno de Conte, muy discutido por Renzi y la derecha.