Por primera vez desde que estalló la crisis del coronavirus, la presidenta de la Comisión, la conservadora alemana Ursula von der Leyen, ha criticado este jueves abiertamente la actuación caótica de los Estados miembros y ha hecho sonar todas las alarmas sobre las fracturas que amenazan con hacer estallar la UE. El futuro del proyecto europeo está en riesgo debido a las medidas unilaterales y descoordinadas adoptadas contra la pandemia y sobre todo por la falta de solidaridad entre socios, ha avisado Von der Leyen.
"La historia de las últimas semanas es en parte dolorosa de contar. Cuando Europa tenía que haber estado ahí para ayudarnos mutuamente, muchos inicialmente se preocuparon exclusivamente de ellos mismos. Cuando Europa realmente necesitaba un espíritu de 'todos para uno', demasiados respondieron 'sólo para mi'. Cuando Europa realmente necesitaba demostrar que esto no es sólo una Unión para cuando hace buen tiempo, demasiados rechazaron compartir su paraguas", ha dicho la presidenta de la Comisión en un discurso en la Eurocámara ante un hemiciclo casi vacío por las restricciones impuestas por el covid-19.
Von der Leyen ha evitado cualquier autocrítica por la lentitud del Ejecutivo comunitario en actuar y asumir una posición de liderazgo y coordinación y ha disparado sus dardos contra los Gobiernos. Critica en particular las prohibiciones de exportar material sanitario a los vecinos que impusieron países como Francia o Alemania (a los que no ha nombrado), así como el cierre de fronteras en cascada dentro del espacio Schengen, que según ha dicho ha bloqueado la libre circulación de suministros de primera necesidad.
La presidenta del Ejecutivo comunitario avisa de que la UE se encuentra en un momento decisivo y de que su futuro depende de que sea capaz de dar una respuesta coordinada a la actual emergencia que no deje atrás a ningún Estado miembro. En particular, ha mencionado en su discurso a Italia y España como los países más golpeados por el covid-19.
"Porque nos une a todos —de norte a sur, de este a oeste— el deseo de una patria, Europa, resistente y en la que valga la pena vivir. ¡Tenemos que ser conscientes de ello! Las decisiones que tomemos hoy permanecerán en la memoria durante mucho tiempo. Y sentarán las bases de la Unión Europea venidera.", ha asegurado Von der Leyen.
"Nos encontramos en una encrucijada: ¿Vamos a dejar simplemente que este virus nos divida permanentemente entre ricos y pobres? ¿Entre los que tienen y no? ¿O nos acabaremos convirtiendo en un continente más fuerte, un actor internacional importante?", se ha interrogado la presidenta de la Comisión.
Otra videocumbre sin resultados
El discurso de Von der Leyen se produce horas antes de la tercera videocumbre en tres semanas que los líderes europeos celebran este jueves por la tarde para tratar de acordar una respuesta económica coordinada a la pandemia. Las diferencias entre los países del Norte y del Sur, entre acreedores y deudores, son tan grandes que no se espera ningún tipo de resultado.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha firmado una carta conjunta con el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, el presidente francés, Emmanuel Macron, y otros seis líderes en la que piden a la UE la emisión de 'coronabonos' para cubrir los enormes gastos que va a provocar la crisis.
El objetivo es "obtener fondos en el mercado sobre la misma base y en beneficio de todos los Estados miembros, garantizando así una estabilidad a largo plazo en la financiación". "Este instrumento de deuda común debe tener un tamaño suficiente y largos periodos de amortización para ser totalmente eficiente y evitar riesgos de financiación ahora y en el futuro", reclaman Sánchez y sus aliados.
En el otro bando, Alemania, Países Bajos y los países nórdicos mantienen una férrea oposición a la mutualización de la deuda. "Mi país no va a dar luz verde a los 'coronabonos', no lo vemos como una solución a la situación en la que estamos", explica un diplomático de uno de estos países. Su tesis es que una emisión de deuda conjunta restaría presión a los países del sur para hacer las reformas y ajustes que necesitan sus economías.