El brexit sigue generando víctimas. Después de la dimisión de Theresa May, una encuesta publicada por The Times en colaboración con YouGov señala el desplome de los dos principales partidos británicos: los tories y los laboristas. Los dos aparecen en tercer lugar, en conjunto, detrás de los liberaldemócratas, proeuropeos, y del Partido del Brexit de Nigel Farage.
YouGov señala que, en los 19 años que lleva haciendo encuestas, solo hubo dos ocasiones en las que ni el Partido Laborista ni los conservadores ocuparon el primer lugar. La primera fue en el período previo a las elecciones de 2010, después del primer debate televisado de siempre entre los candidatos a primer ministro, cuando dos encuestas consecutivas de YouGov mostraron a los demócratas liberales en primer lugar.
La segunda ocasión es ésta. Después de un descalabro impresionante en las elecciones del Parlamento Europeo de la semana pasada, la encuesta sitúa a los liberaldemócratas en primer lugar con un 24%, ligeramente por delante del Partido del Brexit, en segundo lugar con un 22% . A los conservadores y a los laboristas se reserva un tercer lugar en conjunto, con el 19%.
Los liberaldemócratas llegan así a los niveles de 2010, cuando Nick Clegg consiguió un 24% de lo votos, en unas elecciones en las que ningún partido obtuvo la mayoría absoluta de la Cámara de los Comunes. En esa ocasión, el Partido Conservador de David Cameron formó una coalición de Gobierno con los Liberales y Clegg fue nombrado viceprimer ministro del Reino Unido, cargo que ostentó hasta 2015.
Pese a los datos, los analistas señalan que hay que coger los resultados con pinzas. Llegar al primer puesto, siendo un partido minoritario, no es sencillo, pero es de señalar que los liberaldemócratas están aún en menos de una cuarta parte de la votación y no se sabe con seguridad qué sostenibilidad podrían tener todo esto. En el pasado, datos parecidos han sido difíciles de sostener, muchas veces porque los partidos principales lograron su voto en el último momento.
Sin la estrella de Clegg
También cabe señalar que, a diferencia de la última vez, el aumento los liberaldemócratas no se debe a la presencia de un líder popular. En 2010, las cifras se vieron arrastradas por el alza de la popularidad de Nick Clegg tras su impresionante desempeño en los debates previos a las elecciones. Por el contrario, antes de las elecciones, Vince Cable era menos popular que su partido.
Los laboristas y los tories están pagando en la intención de voto el desastre de la gestión del ‘brexit’. En las elecciones de 2017, los laboristas consiguieron un 41,9% de los votos, pero ahora, el sondeo les da tan sólo el 19% de la intención de voto. El mismo porcentaje que a los conservadores que, tras la dimisión de May no parecen ser capaces de remontar.
Estos dos años de gestión de la salida de Reino Unido de la Unión Europea le han pasado una factura muy alta a los dos principales partidos. Pactos fallidos, votaciones en contra, crispación e incapacidad de llegar a acuerdos que sacaran adelante el plan de salida de la UE, terminaron agotando la paciencia de los ciudadanos. ¿El resultado? El total descrédito de los partidos tradicionales en la intención de voto de los británicos.
Ya en las municipales los dos partidos habían experimentado un fracaso reseñable: los tories se hundieron con el peor resultado de siempre desde 1995 y los laboristas sufrieron una caída acentuada. Los beneficiados en esa ocasión, tal y como expresa ahora el sondeo, fueron los partidos anti ‘brexit’, como los liberaldemócratas.
La posición ambigua de los laboristas ante el brexit ha favorecido que los liberaldemócratas sean percibidos por parte del electorado en contra de la salida de la UE como la opción más acertada para conseguir un segundo referéndum.
De la misma manera, la popularidad de Corbyn, que había proporcionado un impulso importante en 2017, ha disminuido sustancialmente. Solo el 19% de los británicos ahora tiene una opinión favorable del líder laborista en comparación con los 69% que tienen una opinión desfavorable, lo que significa que el público ahora tiene una opinión mucho peor de él que de Vince Cable.
Todo esto ha creado un terreno fértil para la subida de los liberaldemócratas que son ahora la opción número uno entre quienes quieren la permanencia de Reino Unido en la Unión europea.