Berlín

De la ciudad-estado del oeste alemán surge una iniciativa política que tiene la intención de prohibir las supuestas “terapias de corrección” de orientación sexual, que llegan a ofrecer a homosexuales la conversión a la heterosexualidad por la vía del exorcismo.

Christian Decker comenzó a sentirse mal cuando el médico le preguntó: “¿En qué piensa usted cuando se masturba?”. Le preguntaba un médico de familia con título de terapeuta convencido de que la homosexualidad puede “corregirse”, como si la heterosexualidad fuera la condición natural del ser humano y la homosexualidad una suerte de desviación.

Puede que pronto este tipo de situaciones pasen a la historia en Alemania. Porque el Parlamento de la ciudad-estado de Bremen, controlado por el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) y la formación ecologista de Los Verdes, ha lanzado una iniciativa para que su gobierno lleve al Bundesrat (Senado) la prohibición de situaciones como la vivida por Decker. Hasta ahora, el Gobierno federal alemán parecía tolerar este tipo de 'sanadores'.

“Luego me informé sobre cómo ha de ir una sesión de terapia y he visto que uno no puede preguntar algo así siendo terapeuta. Es una pregunta muy íntima que no se puede hacer. En el momento, cuando me hizo la pregunta, me pareció algo muy difícil de responder. Ahí me puse malo”, cuenta Decker a EL ESPAÑOL sobre la consulta con el “sanador “ de homosexuales.

El chico, gay, se vio cara a cara con este médico que era “especialista en la homosexualidad” en sus ratos libres. De día, el doctor en cuestión tenía una vida normal como médico de familia en Dresde (este germano). De noche, supuestamente, curaba homosexuales. “Alguien me propuso una cita con él, pero fuera del horario de consulta. Cuando fui, la consulta estaba cerrada. Pero alguien me abrió la puerta y esperé. Todo era muy cuestionable. Luego, en el cuarto, me preguntó muchas cosas sobre mí”, abunda Decker.

Pasado el mal rato tras la pregunta sobre la masturbación, el médico quiso vender soluciones a la homosexualidad del joven. “Me dijo que tendría que hacer una terapia de la que se ocuparía mi seguro médico. No me garantizaba que me hiciera heterosexual, pero dijo que tenía muchas esperanzas de que yo cambiara”, cuenta Decker.

Llegó a esa consulta en 2014, en el marco de un reportaje de investigación para la Norddeutscher Rundfunk (NDR), la empresa pública de radio y televisión del norte de Alemania, y se hizo pasar por un “paciente”.

“Una colega periodista me pidió ayuda, yo soy gay y ella estaba informando sobre círculos de cristianos fundamentalistas y evangelistas”, aclara. Decker nunca tuvo intención de dejar de ser gay y, aún así, no pudo evitar el pasmo ante el doctor en la consulta de Dresde. “Al médico de Dresde le pregunté si yo era la única persona de la que se ocupaba. Su respuesta fue reír y decir que se ocupaba de entre 20 y 30 personas”, según Decker.

Preparando aquel reportaje, a Decker incluso le llegaron a hacer un exorcismo para dejar de ser homosexual. Fue en otra atípica consulta a cargo de un médico fundamentalista cristiano en Hamburgo (norte de Alemania). “El de Hamburgo me hizo un exorcismo”, apunta Decker. El diagnostico de este otro médico, presidente de una asociación evangélica religiosa, era que la homosexualidad de Decker se debía a la acción del mismísimo demonio.

“Dijo que eran demonios que vivían en mi cuerpo y que cuando esos demonios se fueran podría a amar a las mujeres”, cuenta Decker. “Me puso aceite sobre la frente en la primera sesión. Al acabar, me dijo que había al menos un demonio que había dejado mi cuerpo, él vio una nube que había abandonado mi cuerpo. Yo no me dí cuenta de nada ni vi ninguna nube, lógicamente”, abunda el periodista de la NDR.

Preocupación entre las organizaciones LGTBI

Los negocios de 'sanadores' como los que vio en su día Decker podrían ahora tener los días contados. 

En el Instituto para el Asesoramiento de Identidad y la Pastoral Dialógica (IDISB, por sus siglas alemanas.), aunque sus responsables prefieren no utilizar la palabra “terapia", se reconocen concernidos. En esa organización se realizan seminarios y sesiones de asesoramiento para personas que tienen problemas con su identidad y sexualidad. El IDISB aparece señalado por la Federación de Lesbianas y Gays de Alemania (LSVD, por sus siglas alemanas) como una de esas organizaciones dedicadas a tratar con homosexuales para que cambien de orientación sexual. En la lista de la LSVD también destaca otra organización: el Instituto Alemán para la Juventud y la Sociedad.

En la LSVD muestran preocupación por la actividad de estas organizaciones, a las que se responsabiliza de guiar hacia 'sanadores' a aquellas personas que arrastran problemas con su homosexualidad, por ejemplo, por vivir en un círculo donde esa opción sexual no es aceptada. “Este tipo de terapias son especialmente peligrosas para los adolescentes que quieren saber más sobre su identidad u orientación sexual. Hacen daño a la gente y por eso queremos que se prohiban”, dice a EL ESPAÑOL Jörg Steiner, director de la LSVD en Berlín, que ve como algo positivo la iniciativa que han lanzado desde Bremen socialdemócratas y ecologistas.

En el Parlamento de Bremen, a los diputados de SPD y Los Verdes se sumaron los de los izquierdistas de Die Linke para pedir a finales de agosto que el gobierno de la ciudad, en manos del socialdemócrata Carsten Sieling, tome cartas en el asunto y lleve al Bundesrat la prohibición de los 'sanadores de homosexuales'.

“Los tiempos en lo que la homosexualidad era delito o formaba parte del catálogo de diagnósticos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace tiempo que pasaron ya”, ha dicho Björn Tschöpe, líder del SPD en el Parlamento de la ciudad-estado de Bremen. Y tanto. La OMS dejó en 1990 de considerar la homosexualidad como una enfermedad, sacándola definitivamente de la clasificación internacional de enfermedades y problemas de salud.

De los 16 estados-federados alemanes, Bremen es el más pequeño, pero está a la vanguardia en la lucha contra los 'sanadores de homosexuales'. Ahora, en el Grupo parlamentario del SPD en el Bundestag también piden al Gobierno de gran coalición, que incluye a socialdemócratas y conservadores, que mueva ficha. Hasta ahora, el Ejecutivo de Angela Merkel “no ha considerado este tema importante”, dice a EL ESPAÑOL Volker Beck, veterano político de Los Verdes con una carrera de diputado de trece años a sus espaldas.

Beck preguntó la pasada legislatura en sede parlamentaria al Gobierno sobre la cuestión de los sanadores de homosexuales. La respuesta del Gobierno fue evitar la prohibición aún reconociendo que “la homosexualidad no es ninguna enfermedad y no necesita tratamiento”.

Un camino hacia la prohibición de los 'sanadores'

Al parecer, en el Gobierno alemán no ven que “para prohibir algo hace falta un buen motivo y aquí es la protección de los niños y de los adolescentes”, según los términos de Beck, quien dejó de ser disputado al comenzar la presente legislatura. Beck considera una “novedad” que ahora haya responsables del SPD pronunciándose a favor de la prohibición.

También es nuevo que en la Unión Cristiano Demócrata (CDU), el partido de la canciller Angela Merkel, haya importantes figuras del Gobierno dando pistas que podrían llevar a la prohibición de los servicios de 'sanación de la homosexualidad'.

El pasado mes de agosto, el ministro de Sanidad, el cristianodemócrata Jens Spahn, calificaba los supuestos “tratamientos” contra la homosexualidad de “tonterías dañinas". “Para los afectados es una enorme carga y puede acarrear duraderos problemas psicológicos. Por eso es una forma de lesión física”, según Spahn. Parece que en Alemania nunca estuvo tan allanado el camino hacia la prohibición de los 'sanadores de la homosexualidad'.