Las personas detrás de los envenenamientos con un agente nervioso en Inglaterra no han sido identificadas y la Policía no puede garantizar que no haya más restos de Novichok, ha advertido este miércoles el máximo responsable antiterrorista de Scotland Yard, Neil Basu.
El antiguo espía ruso Sergei Skripal y su hija fueron envenenados con Novichok en Salisbury en marzo y dos británicos enfermaron este mes tras verse expuestos al mismo agente nervioso. Uno de ellos, Dawn Sturgess, ha muerto, mientras que su pareja, Charlie Rowley, se encuentra crítico pero ha recuperado la consciencia.
"Me encantaría ser capaz de presentarme aquí y decir que hemos identificado y atrapado a los responsables y que estamos absolutamente seguros de que no hay más restos de agente nervioso en el país", ha señalado Basu. "La cruda realidad, sin embargo, es que no puedo ofrecer tales garantías en estos momentos", ha añadido.
El responsable de Scotland Yard ha subrayado que puede que nunca llegue a ser posible establecer el vínculo entre la muerte de Sturgess y el envenenamiento de los Skripal. "Esta es una sustancia muy rara prohibida por la comunidad internacional y que haya dos incidentes separados y distintos en un pequeño condado inglés es cuanto menos poco plausible", ha defendido, según informa la BBC.
Basu ha explicado que lo prioritario es encontrar la fuente del contacto con el Novichok por parte de la pareja británica, algo para lo cual el testimonio de Rowley, con el que los agentes han podido hablar brevemente, sería clave. "No sabemos dónde lo encontraron", ha subrayado. "Espero que Charlie se recupere y cuando lo haga sea capaz de decirnos y quizá arrojar cierta luz sobre ello que nos permita reducir dramáticamente nuestra búsqueda", ha señalado.
El responsable policial ha advertido además de que, según los científicos, el Novichok puede seguir activo hasta 50 años. "Si estuviera sellado en un contenedor y estuviera en un vertedero, sería seguro, porque no lo tocaría nadie", ha comentado.