La Guerra Fría vuelve a plena potencia. En una acción coordinada sin precedentes, Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá, Ucrania, Noruega y Albania han expulsado este lunes a más de un centenar de diplomáticos rusos como represalia al ataque con gas nervioso contra el exespía ruso Sergei Skripal y su hija en la localidad británica de Salisbury, que Londres atribuye directamente al Kremlin. La OTAN se ha sumado este martes a la iniciativa retirando la acreditación a 10 diplomáticos rusos. Se trata del mayor golpe conocido contra las redes de espionaje de Moscú en Occidente, que deja al presidente Vladimir Putin en una situación de aislamiento casi completo.
La medida demuestra además que el brexit no ha roto, al menos de momento, la solidaridad de la UE con Reino Unido. Los Veintisiete cierran filas con la primera ministra británica, Theresa May, que les pidió su apoyo en la cumbre celebrada la semana pasada. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha sido el encargado de anunciar el castigo colectivo de la Union a Moscú. 18 de los 28 Estados miembros -la cifra podría aumentar en las próximas horas- expulsarán a diplomáticos rusos.
Entre ellos se encuentra España, que echará a dos funcionarios de la embajada de Rusia en Madrid. "El atentado perpetrado en Salisbury mediante el empleo de un agente neurotóxico es un hecho de extrema gravedad que representa una seria amenaza a nuestra seguridad colectiva", ha anunciado el ministerio de Exteriores en un comunicado.
Armas químicas en suelo europeo
La ofensiva europea contra Putin la encabezan Francia y Alemania, que expulsan a cuatro diplomáticos cada uno. La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, escenificaron el viernes su apoyo a Reino Unido con una reunión a tres bandas con May. "El ataque en Salisbury nos ha conmocionado a todos en la UE. Por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, se ha utilizado un arma química en medio de Europa", ha denunciado este lunes el ministro de Exteriores, Heiko Maas.
"No hemos tomado la decisión de expulsar a los diplomáticos rusos a la ligera. Pero los hechos y las pruebas apuntan a Rusia. Hasta ahora, el Gobierno ruso no ha respondido a ninguna de las cuestiones pendientes y no ha mostrado ninguna voluntad de jugar un papel constructivo en la clarificación del ataque. Además, enviamos una señal de solidaridad a Reino Unido", asegura Maas.
"Rusia ha ido demasiado lejos. Un intento de asesinato en una ciudad europea con un agente nervioso ruso es completamente inaceptable. Reino Unido tiene nuestro pleno apoyo", ha dicho el primer ministro danés, Lars Lokke Rasmussen, que echará a dos funcionarios rusos. Otros países de la UE que participan en las sanciones son Polonia, Italia, Holanda, Suecia, Finlandia, Hungría, los países bálticos, República Checa, Croacia o incluso Hungría, país tradicionalmente cercano a Rusia. Otros países con buenas relaciones con Moscú, como Grecia o Chipre, no están de momento en la lista. En total, la UE echará a más de 30 funcionarios rusos.
Reino Unido se ha felicitado del contundente apoyo internacional. "La extraordinaria respuesta internacional de nuestros aliados queda en la historia como la mayor expulsión colectiva de funcionarios de inteligencia y ayudará a defender nuestra seguridad compartida. Rusia no puede vulnerar las reglas internacionales con impunidad", ha escrito el jefe de la diplomacia británica, Boris Johnson, en su cuenta de Twitter. Londres ya ha expulsado a 23 diplomáticos rusos.
Reducir la capacidad de espionaje rusa
Por su parte, Estados Unidos echará a un total de 60 diplomáticos de Moscú que considera que trabajan como espías. 48 de ellos trabajan en la embajada bilateral rusa en Washington y otros 12 en la misión de Rusia ante Naciones Unidas en Nueva York. Además, se cierra el consulado de Rusia en Seattle por su proximidad a una de las bases norteamericanas de submarinos y a la compañía aeronáutica Boeing. Se trata de la medida más contundente que ha adoptado Donald Trump contra Putin desde su llegada al poder. Washington calcula que actualmente hay un centenar de funcionarios de inteligencia rusos en su territorio.
"Estas medidas hacen que Estados Unidos esté más seguro al reducir la capacidad de Rusia de espiar a ciudadanos americanos y llevar a cabo operaciones encubiertas que amenazan nuestra seguridad nacional. Con estos pasos, EEUU y nuestros aliados y socios dejamos claro a Rusia que sus acciones tienen consecuencias", ha dicho la Casa Blanca en un comunicado. Trump sigue dispuesto a mejorar las relaciones con Putin, "pero eso sólo puede suceder con un cambio en el comportamiento del Gobierno británico".
Rusia sigue negando que esté detrás del ataque químico de Salisbury y amenaza con responder con medidas recíprocas a todos los países que han expulsado a sus diplomáticos. La portavoz del ministerio ruso de Asuntos Exteriores, Maria Zakharova, ha tachado la actuación de la UE como "una forma perversa de solidaridad". "Un país que está dejando la UE está explotando el factor de solidaridad y obliga a que los países que se quedan empeoren sus relaciones con Rusia", ha escrito en Facebook.