El empresario Andrej Babis, líder y fundador del partido populista "Alianza de Ciudadanos Descontentos" (ANO), es el gran favorito para ganar las elecciones legislativas de esta semana en la República Checa, pese a que fue cesado en mayo como ministro de Finanzas por sospechas de fraude y evasión fiscal.
Tras su primera legislatura como político, en la que gobernó en coalición con socialdemócratas y democristianos, encara estos comicios con clara ventaja en los sondeos.
Apoyado en una narrativa contra la corrupción, el euro, los inmigrantes y el resto de los partidos políticos, a los que acusa de mantener el actual sistema corrupto, Babis cuenta según los sondeos con un apoyo del 25 %, muy por delante de sus inmediatos seguidores socialdemócratas y comunistas, con el 11 % cada uno.
Babis, hijo de un diplomático checoslovaco, se vende como un hombre que ha luchado contra obstáculos y trabas burocráticas de sus socios en la coalición, pero se atribuye decisiones populares como subidas de pensiones durante su tiempo como ministro de Finanzas.
Del comunismo al imperio económico
En 2011, Babis lanzó su partido en un momento en el que una larga serie de escándalos de corrupción favorecía la aparición de un partido protesta en el país centroeuropeo.
En sus primeras elecciones legislativas de 2013 logró el 18,7 % de los votos y entró en una coalición tripartita de Gobierno como viceprimer ministro y ministro de Finanzas. Babis fue entre 1980 y 1989 militante del Partido Comunista de la entonces Checoslovaquia.
Sus críticos dicen que sus buenos contactos con las elites del país le ayudaron tras la caída del comunismo en 1989 a crear su imperio económico que lo ha convertido en el segundo hombre más rico del país, con una fortuna estimada de 4.000 millones de euros.
El empresario, nacido en Bratislava (Eslovaquia) en 1954, controla hoy un amplio conglomerado de empresas químicas, de alimentos y de comunicación. Por eso, sus críticos le afean que forma parte de la misma elite que él dice combatir y algunos lo comparan por su populismo con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Babis es propietario del grupo agroindustrial Agrofert, uno de los más importantes del país, y tras adquirir en 2013 dos diarios nacionales, tres estaciones de televisión y dos emisores de radio, se ha ganado también el apodo de "Berlusconi checo", en referencia al ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi.
Al frente de Finanzas Babis logró mejorar la recaudación fiscal al introducir un sistema electrónico que permite supervisar el cobro del IVA y compararlo con las ventas efectivas en comercios.
En 2016 recibió por medidas de este tipo el premio de "Ministro del Año" para la región de economías europeas en desarrollo, que concede la revista especializada "Emerging Markets".
Euroescéptico
Su programa electoral rechaza la adopción del euro, algo que muchos en su partido no comparten, aunque coincide con la opinión más bien euroescéptica de la opinión pública en general.
Lo más polémico del empresario, alegan sus críticos, son sus conflictos de intereses, ya que su negocio agroindustrial obtiene importantes subvenciones públicas en el sector de la bionafta.
Babis es además investigado por presunto fraude por un subsidio de dos millones de euros de fondos europeos, una acusación que podría conllevar una sentencia de cárcel.
El político niega estas acusaciones y asegura que se trata de una maniobra política para acabar con su carrera publica.
Además, sus oponentes lo acusan de haber usado en el pasado inspecciones de Hacienda, competencia del ministerio que dirigió durante cuatro años, para combatir a rivales empresariales.
Andrej Babis, padre de cuatro hijos, está casado en segundas nupcias con Monika Babisova, una mujer 20 años más joven que él.