"Esta vez no hay excusas que impidan hacer progresos", ha proclamado el negociador británico para el brexit, David Davis. Reino Unido y la Unión Europea han iniciado este lunes la cuarta ronda de conversaciones para el divorcio, marcada por las concesiones que realizó la semana pasada en Florencia la primera ministra, Theresa May, para tratar de desbloquear el diálogo. May ofreció un pago de 20.000 euros en concepto de factura de salida y pidió un periodo de transición de dos años para dar tiempo a ciudadanos y empresas a adaptarse a la vida fuera de la UE.
El negociador de la UE, Michel Barnier, ha agradecido el "espíritu constructivo" del discurso de May, pero ha reclamado a la delegación británica que traduzca cuanto antes sus palabras en posiciones negociadoras detalladas. "Llevamos ya seis meses en este proceso y nos estamos acercando a la salida de Reino Unido. Creo que este debe ser el momento de la claridad", ha resaltado Barnier. Antes de reunirse con Davis, Barnier ha informado a la Eurocámara y a los ministros de Asuntos Europeos de los 27 sobre la marcha de las negociaciones.
A la UE le preocupa la falta de avances en los tres temas del divorcio: los derechos de los ciudadanos, la factura del divorcio (que Bruselas cifra en 100.000 millones de euros) y la frontera con Irlanda. "Ha habido algunos avances en las negociaciones pero persisten divergencias claras en todas las cuestiones clave", se ha quejado el viceministro de Exteriores estonio, Matti Maasikas, cuyo país ocupa la presidencia de turno de la UE. "La unidad de los 27 sigue siendo extremadamente fuerte", ha proclamado.
Desacuerdo sobre el orden
La realidad es que a estas alturas Bruselas y Londres ni siquiera se ponen de acuerdo sobre el orden de las negociaciones. Los europeos han vuelto a dejar claro que no aceptarán hablar de las relaciones futuras con Londres o del periodo transitorio hasta que haya "progresos suficientes" en los temas del divorcio. "No se puede discutir sobre la transición sin un acuerdo previo" sobre la separación, ha resaltado Barnier.
Sin embargo, el negociador británico insiste en que el divorcio, en particular la factura de salida, y las relaciones futuras deben discutirse en paralelo. "Reino Unido cumplirá los compromisos que hemos adquirido durante el periodo de nuestra pertenencia (a la UE). Pero es obvio que sólo podemos llegar a una conclusión sobre este tema en el contexto de una nueva asociación profunda con la Unión Europea", ha dicho Davis.
La principal novedad de esta cuarta ronda de negociaciones es que la primera ministra May ha pedido por primera vez una prórroga para el brexit: un periodo transitorio de dos años, hasta 2021, durante el que Reino Unido seguirá en el mercado interior y la unión aduanera, aunque ya no tendrá voz ni voto en la elaboración de sus leyes.
Barnier ha resaltado que durante este periodo transitorio, Londres deberá respetar "la totalidad de la arquitectura regulatoria de la UE". Es decir, el libre movimiento de personas, el control del Tribunal de Justicia de la UE y los pagos a las arcas comunitarias.
La cuarta ronda de negociaciones del brexit se prolongará hasta el jueves, día en que las dos partes harán balance de resultados. Sólo entonces podrá comprobarse si el discurso de Florencia de May ha servido para desbloquear el divorcio y lanzar el diálogo sobre las relaciones futuras entre la UE y Reino Unido.
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