"Nunca es útil que se especule sobre una investigación que está en marcha". Con estas palabras ha despachado Theresa May los tuits en los que Donald Trump deslizaba que los responsables de la explosión de este viernes en el Metro de Londres estaban en el radar de Scotland Yard.
La franca y directa respuesta de la primera ministra británica a las insinuaciones de Trump llega cuando la Policía ha identificado a un sospechoso del ataque, que ha sido tratado como un atentado, y ha dejado 29 heridos. Según la cadena británica Sky News, las autoridades ya han revisado las cámaras de seguridad de la estación de Parsons Green y han detectado a una persona sospechosa que está en busca y captura.
May ha precisado que el dispositivo casero que provocó la deflagración "tenía como objetivo "causar un gran daño" y ha reclamado a los ciudadanos que se mantengan alerta en el transporte público de la capital británica. El Estado Islámico ha asumido la autoría del ataque a través de su agencia propaganda asegurando que la explosión ha sido obra de "una de sus facciones".
Tras presidir una reunión del comité de emergencia Cobra, la jefa de Gobierno señaló que el nivel de amenaza actual significa que un nuevo ataque terrorista es "altamente probable", pero no elevó la alerta al último escalón, que prevé nuevos atentados de forma "inminente".
Hasta la Policía metropolitana de Londres también lamenta las insinuaciones de Trump y las ha calificado de "pura especulación", informa The Guardian. Lejos de rectificar, el presidente de EEUU ha declarado frente a la Casa Blanca que estos ataque "no dejan de ocurrir" porque quizá "no somos lo suficientemente duros. Tenemos que ser más hábiles".
No es la primera vez que el presidente de EEUU irrumpe en la investigación de un atentado a golpe de tuit. Tras el atentado en London Bridge el pasado mes de junio Trump cargó contra el alcalde de Londres, Sadiq Khan, por pedir calma: "Patético", llegó a decir.
Tras la tragedia en el Manchester Arena, cuando el terrorista suicida Salman Abedi acabó con la vida de 22 jóvenes, la inteligencia británica suspendió temporalmente su colaboración con la de EEUU tras una serie de filtraciones que irritaron al Ejecutivo de May.
Mientras Downing Street mantenía silencio y dosificaba al máximo las informaciones sobre la investigación del atentado, los medios estadounidenses adelantaban detalles de la ruta del terrorista antes de inmolarse o las características de la bomba.
El ministro de Asuntos Exteriores británico, Boris Johnson, tendrá la oportunidad de pedirle a Trump que sea más prudente con sus comentarios el lunes en Nueva York, durante la asamblea de la ONU.
Tanto May como Johnson han reclamado a los políticos y a los medios de comunicación que no pongan en peligro las investigaciones policiales de los atentados terroristas difundiendo tanto identidades de los autores como los sujetos bajo vigilancia.