A Bruselas se le acaba la paciencia con la deriva autoritaria del Gobierno euroescéptico de Ley y Justicia en Polonia. El vicepresidente primero de la Comisión, el socialista holandés Frans Timmermans, ha anunciado este miércoles una nueva batería de expedientes contra la última reforma de la judicatura promovida por Varsovia -que sitúa bajo control del Gobierno al Tribunal Supremo y al Consejo General del Poder Judicial- por considerar que atenta contra la división de poderes y supone un "riesgo sistémico" para el Estado de derecho.
Timmermans ha lanzado además un ultimátum al Gobierno polaco: si no rectifica y entabla un diálogo sincero con el Ejecutivo comunitario, está dispuesto a activar la denominada 'opción nuclear', el artículo 7 del Tratado. Ello supondría privar a Varsovia del derecho de voto en el Consejo de Ministros, el máximo órgano de decisión de la UE. "Teniendo en cuenta los últimos acontecimientos, nos estamos acercando mucho a la activación del artículo 7", ha avisado el vicepresidente.
Según el análisis de Bruselas, la última batería de proyectos legislativos que está tramitando el Parlamento polaco, si se aprueba sin cambios, "aboliría cualquier tipo de independencia judicial y pondría a los jueces bajo control político completo del Gobierno". "Los jueces servirán a placer de los líderes políticos y dependerán de ellos desde su nombramiento hasta su jubilación", ha lamentado Timmermans.
Dado que las nuevas leyes todavía no están finalizadas, la Comisión no ha tomado este miércoles ninguna decisión concreta. Pero el vicepresidente primero ha anunciado que la semana que viene abrirá nuevos expedientes contra Polonia y le enviará un tercer dictamen negativo por riesgos sistémicos al Estado de derecho.
Este procedimiento se abrió por primera vez en enero de 2016, pero Varsovia ha desatendido hasta ahora todos los requerimientos de Bruselas y ha seguido adelante con otra reforma anterior para disminuir los poderes del Tribunal Constitucional.
El Gobierno polaco ignora a Bruselas
"No hemos visto ninguna iniciativa de autoridades polacas para reiniciar el diálogo", ha denunciado Timmermans. La interlocución entre Bruselas y Varsovia está totalmente rota, admite. El Gobierno polaco le critica en público y se niega a recibirle cuando visita el país. Pese a ello, el vicepresidente ha vuelto a invitar a Bruselas a los ministros de Exteriores y de Justicia para tratar de acercar posiciones.
Si el Gobierno de Ley y Justicia no se mueve, al Ejecutivo comunitario no le quedará "otra opción" que activar el artículo 7. Para ello necesita el apoyo de una mayoría cualificada de Estados miembros. Timmermans está convencido de que la logrará, porque muchos países de la UE comparten sus "preocupaciones" sobre la deriva de Polonia. Mucho más difícil es que se prive a Varsovia del derecho de voto. En esta fase final, las decisiones se adoptan por unanimidad, y el Gobierno húngaro ya ha dejado claro que no lo apoyará.
¿Acabará el choque de trenes entre Bruselas y Varsovia en un polexit, en la salida de Polonia de la UE? Timmermans se ha comprometido a hacer todo lo que esté en su mano para que eso no ocurra. "No hay forma de que el pueblo polaco vaya a apoyar a un Gobierno que defienda marcharse de la UE. Polonia es mucho más fuerte por ser miembro de la Unión. Por primera vez en cientos de años, Polonia es dueña de su propio destino y eso es en parte gracias a la UE. Esto no es algo a lo que los ciudadanos polacos vayan a querer renunciar nunca", ha resaltado.