La líder ultraderechista Marine Le Pen ha reconocido su derrota a los pocos minutos del cierre de las urnas en Francia. Ha felicitado a Macron y ha advertido que Francia ha colocado al Frente Nacional como la segunda fuerza política de Francia. "Los franceses han elegido un nuevo presidente de la República" y le ha deseado "suerte" para "todos los desafíos" que le esperan como presidente del país.
Pero no soltó ni una lágrima por su derrota. Insiste en que el 33,94% de los votos que ha obtenido es una catapulta muy importante que hay que aprovechar: "Es un resultado histórico, gracias a los once millones que me han apoyado porque es un resultado valiente e histórico".
Uno de cada tres franceses que han ido a las urnas, han apoyado a Le Pen. En 2002, cuando su padre se enfrentó en segunda vuelta a Jacques Chirac, el republicano le sacó 64 puntos a Jean Marine Le Pen. Macron sólo 33 puntos.
Sin embargo sus expectativas miraban al 40% de los votos lo que les hubiera convertido en una fuerza alternativa de gobierno seria. Se han quedado en el 34% del escrutinio.
Por eso, Le Pen ha dejado claro en su primer discurso que va a seguir adelante "con todos los que quieren elegir en Francia su identidad" y para ello es consciente de que el partido se tiene que reformar y "unir a todos los que quieran defender a Francia".
Muchos analistas han señalado el blanqueamiento que ha realizado la candidata al Frente Nacional, pero no ha sido suficente: "Propondré una transformación profunda de nuestro movimiento para hacer una nueva fuerza política que esté a la altura", ha asegurado.
De Macron ha casi elogiado que haya logrado la descomposición de los partidos tradicionales del país y promete seguir adelante en su lucha política por la liberalización de Francia. Marine Le Pen ha acabado su corta comparecencia con "¡Viva la República!" y "¡Viva Francia!".
Larga noche de bailes
De hecho, la candidata del Frente Nacional no quiso que se amargara la fiesta que tenían preparada y literalmente bailó sus once millones de votos hasta altas horas de la noche.
La fiesta del Frente Nacional empezó con polémica puesto que una decena de medios de comunicación denunciaron que les habían vetado a entrar en el recinto donde Marine Le Pen iba a comparecer.
Esta denuncia llevo a que periódicos como Le Monde anunciaran un boicot a las informaciones desde ese punto pues no entendían el arbitrario criterio de dejar a unos medios entrar y a otros no.