Los ex primeros ministros François Fillon y Alain Juppé llegan a los comicios de este domingo sabiendo que el elegido tendrá muchas papeletas para acabar enfrentándose en segunda vuelta de las presidenciales francesas de 2017 a la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen. Las encuestas hace tiempo que dan por hecho que la eurófoba y ultraconservadora política pasará a la final del próximo 7 de mayo, y con la popularidad de François Hollande -que aún no ha dicho si se volverá a presentar- cayendo, las primarias que se celebran ahora cobran especial relevancia.
En el debate que Fillon y Juppé mantuvieron el jueves en televisión, ambos destacaron la trascendencia de que pase lo que pase, su familia política debe permanecer unida si no quieren que Le Pen sea presidenta. Fillon parte como favorito, después de haber aglutinado el 44% de los apoyos en la primera vuelta, y eso que hasta hace poco nadie daba un duro por su candidatura y todos los sondeos concedían la victoria al más moderado Juppé.
"Nunca hemos ganado unas elecciones si no hemos juntado el centro-derecha. Es eso lo que marca la diferencia entre el éxito y el fracaso. Conozco a muchos franceses decepcionados con nosotros que votaron a Hollande en 2012, y no eran socialistas", apuntó Juppé el jueves, como recogió la agencia Efe.
CONTRA EL EXTREMISMO
Fillon añadió su intención de reducir el número de ciudadanos "tentados por los extremismos", lo que puede incluir no sólo a Le Pen sino también a la visión radical del islam, sobre la que ha escrito un controvertido libro. Aseguró que no se ha escuchado suficientemente a aquellos que reclaman más seguridad y libertad, y respeto hacia "sus valores, identidad y cultura".
En un país que lleva dos años sufriendo durísimos atentados, como los ataques a la revista satírica Charlie Hebdo, los ataques de París o Niza y varios más con un número reducido de víctimas, la seguridad y la inmigración han centrado gran parte de la contienda política.
En este sentido, Juppé propone medidas para reforzar el intercambio de información de inteligencia tanto a nivel nacional como europeo y apuesta por crear un "contradiscurso laico" en internet contra la propaganda yihadista, ambos elementos clave según los expertos en antiterrorismo.
A la vez considera necesario un estado casi policial, con 4.500 policías en las calles en lugar de realizando tareas administrativas que puede hacer un civil junto a un control férreo de los sospechosos. Éste incluiría, entre otros aspectos, avisar a las empresas si entre sus trabajadores hay un posible terrorista, vigilar lugares de culto o emplear tecnologías como el reconocimiento facial y de comportamiento para "hacer frente a la masificación de la amenaza".
A Fillon le preocupa "la invasión sangrienta del islamismo (radical) en nuestra (vida) cotidiana”, considera que “prepara una tercera guerra mundial" y pide a la comunidad musulmana -que recuerda que es mayoritariamente pacífica- a trabajar conjuntamente.
Diferencia de matices
Seguridad, laicidad e islam son temas recurrentes en el discurso de Le Pen, pero también aspectos destacados en la primera línea de los programas electorales de ambos candidatos de la derecha.
En el plano económico, tanto Fillon como Juppé, están de acuerdo en que se debe acabar con la jornada laboral de 35 horas semanales en la que Francia fue pionera hace ya 16 años, subir los impuestos y reducir el número de funcionarios (aunque Fillon suprimiría 500.000 puestos mientras que Juppé acabaría con 250.000).
La similaridad de su programa en muchos aspectos ha hecho que Le Monde resumiera la diferencia en “una política, dos métodos” en un editorial del pasado viernes, que además resaltaba un hecho histórico: por primera vez en 15 años Nicolas Sarkozy no centrará ni eclipsará la política conservadora en Francia.
El fundador de Los Republicanos, el partido al que pertenecen ambos contendientes, quedó en tercer lugar el domingo pasado y sugirió su nueva marcha de la política, como ya hiciera cuando perdió contra François Hollande en las presidenciales de 2012. También cerró filas a favor de Fillon, que fue su primer ministro cuando él estaba en el Elíseo.
Este domingo los franceses están invitados a elegir en estas primarias abiertas quién quieren que defienda las ideas de la derecha frente a Le Pen en una contienda de 2017 que estará marcada por las recientes victorias de Donald Trump y el brexit, acontecimientos que en ambos casos han dado alas de optimismo a la candidata extremista.
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