El año pasado saltó a los titulares de la prensa internacional por poner la zancadilla y propinar patadas a varios refugiados que corrían hacia el interior Hungría. Este miércoles, la reportera húngara Petra László ha sido acusada de vandalismo por la Fiscalía, lo que puede suponer hasta cinco años de cárcel.
"El comportamiento violento de la acusada, que no causó heridas, provocó consternación en las personas que estaban presentes", ha afirmado la Fiscalía de la provincia de Csongrád en declaraciones recogidas por Efe.
Sin embargo, la Fiscalía no ve indicios de que las acciones de la reportera estuvieran motivadas por el origen de las víctimas. Por aquel entonces,miles de solicitantes de asilo cruzaban la frontera húngara desde los Balcanes.
László perdió su puesto en la televisión N1 a raíz del incidente y se disculpó por sus actos. "Estoy prácticamente en shock por lo que hice y lo que se me hizo a mí", dijo en declaraciones recogidas por Reuters. "No soy una desalmada ni racista... Soy una mujer, madre de niños pequeños, que desde entonces ha perdido su empleo y que tomó una mala decisión en [un momento de] pánico".
Los refugiados a los que puso la zancadilla, Osama Abdul Mohsen y su hijo Zaid, se instalaron en Getafe, donde el padre fue contratado por el Centro Nacional de Formación de Entrenadores (Cenafe).