Al menos 100 personas han muerto este jueves en un ataque contra una academia militar en Homs, ciudad en el oeste de Siria, según monitores de guerra basados en Damasco. Varios drones armados con explosivos bombardearon el lugar en el momento en que los graduados del Colegio Militar lanzaban sus birretes al aire, minutos después de que el ministro de Defensa sirio abandonara el recinto.
El de hoy ha sido uno de los ataques más sangrientos jamás perpetrados contra una instalación del Ejército sirio, y sin precedentes por el uso de aviones no tripulados armados en un país que se enfrenta a doce años de guerra civil. El Ministerio de Defensa atribuye la agresión "sin precedentes" a "terroristas" que acabaron no sólo con la vida de personas recién convertidas en militares, sino también con las de sus familiares y amigos que asistían al acto.
El comunicado de las Fuerzas Armadas sirias también apunta a "organizaciones terroristas armadas apoyadas por conocidas partes internacionales" que usaron "aviones no tripulados que transportaban municiones explosivas" para el ataque. Ningún grupo ha reivindicado la autoría de la acometida, que se produjo en el preciso instante que terminaba la ceremonia. "No sabemos de dónde procedían, y los cadáveres se esparcieron por el suelo", ha dicho a Reuters un hombre que había ayudado a colocar la decoración de la academia.
Las imágenes del patio de la academia militar colmado de cuerpos ardiendo ―heridos y sin vida― contrastan con las de minutos antes. Esa misma tarde, Ahmed Ali Jadur, una de las víctimas, había compartido un selfie con su madre en el que ambos expresaban orgullo por la graduación del joven como teniente. El egresado de la Escuela Militar ha sido uno de los fallecidos en el ataque.
El Gobierno sirio tiene el control total de Homs desde 2014, cuando los insurgentes se retiraron del centro en virtud de un acuerdo de tregua mediado por la ONU, ya que tras las protestas populares de 2011 se convirtió la ciudad en un feudo rebelde.
Tras el ataque contra la academia militar, las fuerzas gubernamentales han bombardeado la región de Idlib, el último feudo de los rebeldes en el noroeste del país. El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos ha dado parte de cuatro civiles muertos en la zona, que se encuentra al norte de Homs y cerca de Alepo.