China sigue rebajando las restricciones frente a la Covid-19 cuando todo apuntaba -instituciones sanitarias y prensa oficial- a que se endurecerían fruto de un aumento de contagios. Las protestas están dando sus frutos. Infectados asintomáticos y con cuadros leves "que cumplan ciertas condiciones" podrán aislarse en sus hogares en lugar de ser recluidos en hospitales y centros de aislamiento como viene sucediendo desde hace casi tres años.
El Gobierno de Xi Jinping reducirá además la frecuencia de las pruebas PCR a la población. A excepción de lugares como hospitales, residencias de ancianos y escuelas -informa la agencia Efe-, no será necesario mostrar una prueba negativa para acceder a lugares públicos, un requisito que ha permanecido vigente en los últimos meses en el país asiático y que ya algunas ciudades habían comenzado a relajar a medida que aumentaban las protestas.
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Las PCR, a las que los residentes urbanos debían someterse varias veces por semana, eran uno de los aspectos más controvertidos de los antiguos protocolos junto con el aislamiento de todos los infectados y sus contactos cercanos, a veces en centros de cuarentena con malas condiciones de salubridad.
Prohibido bloquear puertas
Entre las nuevas medidas destaca también la prohibición de obstaculizar puertas, lo que habría motivado la muerte de diez personas en un incendio de un edificio residencial en Urumqi -no pudieron salir- y que fue espaldarazo definitivo para que estallaran manifestaciones por todo el país contra el régimen y su política 'cero Covid'.
Según los nuevos protocolos, la detección de un caso positivo en un hogar no podrá desembocar en el confinamiento de todo el edificio, vecindario o barrio, sino que quedará delimitado a la vivienda afectada. El Gobierno también trata de acelerar la vacunación de los mayores, uno de los colectivos más vulnerables pero también uno de los más reticentes a inmunizarse.
Ni censura ni represión han logrado frenar unas manifestaciones históricas que han tenido en folios en blanco su símbolo y que solo un drástico giro del régimen en sus medidas está logrando calmar. Los medios oficiales ya minimizan el riesgo de la variante ómicron, cuando hace solo 15 días alertaban de su peligrosidad.