China "acelerará" la vacunación contra la Covid-19 de los ancianos, uno de los grupos más vulnerables pero también uno de los más reticentes a inocularse. Más allá de la represión o la censura, se trata de la primera reacción del régimen de Xi Jinping a las históricas protestas en las calles de varias ciudades contra la política 'cero Covid'.
Los contagios aumentan, pero la cifra diaria de ellos -en torno a 40.000, con un 90% de asintomáticos, en una población de 1.400 millones de personas- ya permite al resto de países mirar adelante. La estrategia china debería llevar a endurecer las restricciones, pero la contestación en la calle parece haber frenado su anuncio.
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Lo que no han indicado las autoridades es de qué forma van a convencer al sector de población más reacio a vacunarse para que lo haga, si bien el menor de los problemas de Pekín desde el inicio de la pandemia ha sido precisamente 'convencer', imponiendo medidas y legislando duros castigos para quien osara a saltárselas.
Hasta ahora -con la vacunación- se ha intentado con cupones de descuento, regalos o incluso dinero en efectivo. La Comisión Nacional de Salud informa de que "educará en la importancia y los beneficios que tiene inmunizarse" o la facilidad que se dará para ponerse dosis de refuerzo tres meses después de completar la pauta.
Represión y censura
El portavoz de este organismo, Mi Feng, preguntado por si se está considerando un reajuste de las limitaciones a los ciudadanos, se ha limitado a responder que esto ya se hace "constantemente". Achaca las "quejas" a que la falta de "vida normal" ha afectado a la "psicología" y a una en ocasiones "información no suficiente u oportuna".
La política de 'cero Covid' consiste en el aislamiento de todos los contagiados, estrictos controles fronterizos, campañas masivas de pruebas PCR y confinamientos donde se detectan casos, permanece vigente desde comienzos de 2020 en el país asiático, a pesar de síntomas de agotamiento entre la población en los últimos meses.
Los residentes urbanos llevan desde la pasada primavera sometiéndose a varias PCR semanales, necesarias para acceder a lugares públicos como supermercados, parques o tiendas y sujetos a la posibilidad de ser llevados a un lugar de cuarentena en cualquier momento en caso de contraer el virus o ser contacto cercano de un infectado.
La disidencia está en las calles y también en las redes sociales. En las primeras los agentes y en las segundas los censores tratan de que nada escape al discurso oficial, que se empeñan en reproducir los medios de comunicación del régimen, llegando a suprimir, caso de la televisión estatal CCTV, los planos en los que se ve a aficionados sin mascarilla en el mundial de fútbol que se disputa en Qatar.