Tras meses de prohibiciones en los viajes por la pandemia del coronavirus, China permitirá al fin el regreso de nacionales de hasta 36 países de Europa, entre ellos España, que cuenten con un permiso de residencia en vigor en el país asiático, lo que abre las puertas para que miles de ciudadanos europeos puedan retomar su vida y reunirse con sus familias.
La medida se aplicará solamente a los ciudadanos europeos y no a otros del resto del mundo y el Ministerio de Interior indicó además que a quienes les haya caducado el permiso de residencia podrán igualmente pedir ese visado gratuito y tramitar nuevamente el resto de documentos una vez en China.
La lista de países europeos a cuyos residentes se les permite regresar a China incluye a los 27 Estados miembros de la Unión Europea (UE), además de a Albania, Macedonia del Norte, Islandia, Bosnia, Montenegro, Noruega, Suiza, Serbia y Reino Unido.
Y se adopta, en "el contexto de la normalización de la prevención y el control de la nueva epidemia de coronavirus, con el fin de facilitar aún más los intercambios de personal entre las dos partes", según la nota de la Embajada china en Copenhague.
500 españoles no han podido volver
Desde el pasado 28 de marzo, en que China anunció el cierre de sus fronteras, incluso para los residentes, a causa de la pandemia de coronavirus que se cernía ya gravemente sobre el mundo, solo algunos casos excepcionales han podido regresar.
Son los que entraban en el denominado 'fast track' o "vía rápida", trabajadores de sectores "esenciales" para la producción según los criterios de las autoridades chinas.
A través de esas "vías rápidas" entraron bastantes alemanes, técnicos y ejecutivos de las grandes empresas automovilísticas germanas en China y nacionales de otros países europeos como Francia o Italia.
En el caso de España, cerca de 600 nacionales residentes en China, que habían regresado al país europeo o decidido permanecer en él tras las vacaciones de Navidad ante las noticias del coronavirus en China, se quedaron atrapados por el cierre de las fronteras sin poder volver.
Algunas pocas decenas de españoles han podido regresar utilizando la vía rápida, que requería que Pekín aceptase una carta de invitación expedida por su empresa, aunque la gran mayoría no ha podido volver hasta el momento, bien porque no les han aceptado la carta o porque su empresa se ha negado a hacerla.
El presidente de la Cámara de Comercio española en Pekín, Alberto Lebrón, consideró "una fantástica noticia" que los residentes puedan finalmente regresar, lo que corrige el "desequilibrio" existente ya que los países europeos no vetaron, en reciprocidad, la entrada a los residentes chinos y solo, en algunos casos, a los turistas y viajeros de negocios.
"Le viene bien a muchísima gente, todo lo que sea restituir el libre movimiento de personas siguiendo los protocolos sanitarios es positivo", dijo a Efe Lebrón.
Aunque ningún país europeo impidió la entrada a los residentes chinos como ha hecho Pekín, la decisión de la Unión Europea (UE) de dificultar el acceso a los turistas y empresarios de la nación asiática mientras China no levantase sus restricciones pudo haber servido de instrumento de presión para facilitar este nuevo paso chino.
También las presiones de países como Alemania, con una relación comercial muy intensa con el gigante asiático.
Se estima que cerca de 500 españoles no han podido regresar todavía a su trabajo, a sus casas y a su vida todavía, con casos especialmente sangrantes de familias mixtas que quedaron separadas de sus parejas o de sus hijos.
Entre ellos muchos profesores de español -una de las profesiones más demandadas en China en los últimos años-, pequeños y medianos empresarios con menor margen de maniobra que los grandes ejecutivos o técnicos deportivos, que han encontrado en el fútbol chino un lugar donde ganarse la vida.
Vuelos con menos del 50% de ocupación
Muchos se han pasado semanas esperando una respuesta que finalmente no llegó a la carta de invitación o, al trabajar para una empresa china -en el caso de los deportistas o los profesores-, han tenido problemas para que su compañía les hiciese esas cartas.
De hecho, las plazas disponibles para españoles que ha conseguido la Cámara de Comercio de España en China en los vuelos chárter fletados por Alemania -cerca de cuatro por mes hasta ahora- no han tenido mucha demanda.
Los diez asientos que ofreció la Cámara española en cada uno de esos chárter habían tenido hasta el momento una ocupación inferior al 50%, indicó a Efe Lebrón.
Para el próximo 12 de septiembre la Cámara ha organizado un chárter enteramente español desde Madrid a la ciudad oriental china de Hangzhou con 300 plazas para el que solo han recibido hasta el momento 40 solicitudes.
El chárter tendrá que cancelarse si no se alcanza el mínimo de ocupación necesario, dijo el presidente de la Cámara pequinesa e indicó que, en caso de que no se llene con españoles, lo ofrecerán también a ciudadanos chinos y de otras nacionalidades que quieran regresar a China desde España.
A los problemas de visados se sumaba también hasta ahora el alto precio de los escasos vuelos disponibles entre España y China.
Las compañías aéreas internacionales han retomado muy poco a poco sus vuelos con China y los limitan a uno por semana, lo que junto a la escasa demanda ha disparado los precios hasta niveles por encima de los 3.000 euros.
Las plazas en los chárter alemanes se vendían a un precio de 2.500 euros por el trayecto de solo ida, gastos de gestión aparte.
En el caso del vuelo de septiembre organizado por la Cámara de Comercio de Pekín en colaboración con la compañía de chárter Excellent Eurojets, el precio Madrid-Hangzhou es de 2.100 euros, sin gastos de gestión.
Cuarentenas de 15 días
Los europeos residentes que vuelvan a China deberán someterse, al igual que todas las personas procedentes del extranjero que llegan al país asiático, a estrictos controles de prevención contra el virus.
Estos incluyen un test de coronavirus en origen antes de coger el avión, uno nada más llegar a destino y otro tras la cuarentena de 15 días en un hotel, que todos ellos deben realizar antes de poder incorporarse a su vida normal.
Los residentes en Pekín no pueden además volar directamente a la ciudad, ya que todos los vuelos internacionales hacia ella se desvían a diferentes aeropuertos del país para prevenir cualquier brote en la capital.
Así las cuarentenas deben hacerse en hoteles de ciudades como Qingdao (noreste) o Hangzhou, considerablemente alejadas de Pekín, cuyos gastos de estancia y manutención corren a cuenta de quienes regresan, además del traslado posterior a la capital.
Respecto a una eventual apertura de las fronteras para los nacionales latinoamericanos residentes en China, el Ministerio de Exteriores no ha facilitado por el momento ninguna información.