Donald Trump, en su comparecencia desde la Casa Blanca.

Donald Trump, en su comparecencia desde la Casa Blanca. Reuters

EEUU

Trump culpa a las políticas de diversidad de los controladores aéreos del accidente en Washington con 67 muertos

El peor desastre aéreo desde 2009, sin supervivientes, plantea muchas preguntas sobre los errores de seguridad cometidos.

Más información: Accidente aéreo en Washington: cuánto tiempo puede sobrevivir una persona en las aguas heladas del río Potomac

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El choque aéreo de este jueves —miércoles por la noche, en Estados Unidos— entre un avión civil de American Airlines y un helicóptero militar Black Hawke del ejército de Estados Unidos, a pocos metros del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan y sobre las aguas gélidas del río Potomac de Washington, no ha dejado supervivientes. A bordo del Bombardier CRJ-700 viajaban 60 pasajeros y cuatro tripulantes cuyas identidades van conociéndose por goteo. El helicóptero, confirman fuentes oficiales, sobrevolaba la zona por un ejercicio de entrenamiento —con tres militares en su interior— en un espacio acostumbrado a mucho tráfico aéreo.

Donald Trump, en su décimo día de legislatura, se ha presentado ante los medios para confirmar el alcance de la tragedia, y para enviar un mensaje: la culpa es de las políticas de diversidad e integración para los controladores aéreos impuestas por las administraciones demócratas. 

Trump ha afirmado que la prioridad de Joe Biden y Barack Obama era la "ideología", al contrario de la suya: la "seguridad" de los pasajeros. Ha insinuado que si el requisito para las contrataciones fuese "una inteligencia superior, genial" en el "verdadero juego de ajedrez" que es ese trabajo, y no se apostase por personas "con discapacidades psíquicas" o por criterios de sexo, religión o raza, no estarían lamentando el desastre. Luego, ha opinado que el piloto del helicóptero nunca debió interferir en la trayectoria del avión. Y al final, justo antes de despedirse, pese a lo anterior, ha dicho que Estados Unidos disfruta del espacio aéreo "más seguro del mundo".

No hay pruebas para acreditar, en cualquier caso, que la responsabilidad resida en los controladores o en los requisitos actuales de contratación. Tampoco para descargar la culpa, a su vez, sobre el piloto del helicóptero.

Mapa de la colisión.

Mapa de la colisión. Arte El Español

El Pentángono ha comunicado que investigará las causas de una colisión con varias dudas por resolver. Fundamentalmente, la causa del accidente. Lo que se conoce, desde primera hora, es que el avión civil viajaba desde Wichita, ciudad de Kansas, y que estaba a punto de aterrizar. Hay varios vídeos de vigilancia que registran incluso el impacto, a baja altura. También se sabe que la torre de control de tráfico aéreo advirtió sobre la trayectoria del Bombardier al piloto militar con una pregunta ("¿tienes un CRJ a la vista?") y una instrucción ("pase detrás del CRJ"), y que tanto el avión como el helicóptero acabaron hundidos en el río Potomac. Los buzos dieron con el Black Hawke a dos metros y medio de profundidad, del revés y casi intacto.

La dimensión del impacto auguró el peor desenlace, y las condiciones climáticas no contribuyeron a mejorar las previsiones. Los equipos de rescate, de hecho, trabajan con mucho viento y temperaturas extremadamente frías que dificultan soportar más de 30 minutos en el agua, como explica el experto Dan DePodwin a la agencia Reuters. De haber sobrevivido alguien a la explosión, advierten los especialistas, habrían muerto por hipotermia.

Todavía se desconoce la identidad de la mayoría de los muertos. Los servicios de comunicación del Kremlin, sin embargo, dieron dos nombres a las pocas horas del incidente. Dos excampeones del mundo de patinaje artístico, Yevgenia Shishkova y Vadim Naumov, que viajaban a Washington con su hijo Maxim y una delegación deportiva, de acuerdo con varios medios locales. Participaron en un campeonato de patinaje artístico en Wichita. Las autoridades siguen, a estas horas, sacando cuerpos.

El presidente de los Estados Unidos, al poco de conocerse la noticia, publicó en la red social Truth, de su propiedad, una primera valoración de lo sucedido. "El avión estaba en una línea de aproximación perfecta y rutinaria al aeropuerto", señaló Donad Trump. "El helicóptero se dirigía directamente hacia el avión durante un período prolongado. Era una NOCHE DESPEJADA, las luces del avión brillaban intensamente, ¿por qué el helicóptero no subió, bajó o giró? ¿Por qué la torre de control no le dijo al helicóptero qué hacer en lugar de preguntar si veían el avión? Esta es una mala situación que parece que debería haberse evitado. ¡¡¡PINTA MAL!!!".

A diez días de su llegada a la Casa Blanca, Trump se enfrenta a su primer gran desastre. Esta es la peor fatalidad aérea en Estados Unidos desde 2009, cuando un avión de la Continental Airlines se estrelló contra una casa cerca de Búfalo, en Nueva York, en un accidente en el que murieron 50 personas. Tendrán que ofrecer más respuestas el discutido e inexperto secretario de Defensa, Pete Hegseth, quien pasó el filtro del Senado con serias dificultades para ponerse al cargo del Pentágono, y el secretario de Transporte, Sean Duffy, que en su segundo día en la oficina ha definido el suceso como "prevenible".

El saturado espacio aéreo del Ronald Reagan abrirá, a buen seguro, debates sobre la seguridad para los pasajeros. En más de una ocasión, cuenta el periódico The New York Times, Estados Unidos ha estado a punto de registrar fatalidades parecidas. Los pilotos tuvieron que realizar maniobras excepcionales para evitarlas.