Cuatro personas han muerto y otras nueve han resultado heridas en un tiroteo que durante varias horas ha sembrado el terror en una escuela de Georgia (EEUU). El autor del tiroteo es un menor de 14 años que ha sido detenido y que será acusado de asesinato y juzgado como un adulto, según han informado las autoridades locales.
El adolescente mató a cuatro personas, dos de ellas estudiantes de la escuela de secundaria Apalachee de Winder y las otras dos profesores, apuntó en una conferencia de prensa el director de la Oficina de Investigaciones de Georgia, Chris Hosey.
Los heridos fueron trasladados a un hospital local, según la CNN, que puntualizó que no todos son de bala.
Un testigo citado por ABC News, el estudiante Sergio Caldera, explicó que estaba en clase de química cuando escuchó disparos. Su profesora abrió la puerta y otra maestra entró corriendo para decirle que cerrara la puerta "porque hay un tirador activo".
Mientras los estudiantes y los profesores se reunían en el aula, alguien golpeó la puerta de su aula y gritó varias veces para que la abrieran. Cuando los golpes cesaron, Caldera escuchó más disparos y gritos. Dijo que su clase fue evacuada más tarde al campo de fútbol de la escuela.
En las imágenes distribuidas por los medios locales se ve el centro escolar evacuado, con miles de alumnos en el exterior del mismo. Varias ambulancias y efectivos policiales fueron vistos en la zona y también un helicóptero médico, que evacuó a varias personas.
Winder, una comunidad a una hora de Atlanta, tiene una población de aproximadamente 18.338 personas, según la Oficina del Censo. La CNN precisó que el sistema escolar del Condado de Barrow tiene registrados unos 15.340 alumnos, de los cuales 1.932 están inscritos en el instituto Apalachee.
La reacción de Biden
El presidente Joe Biden lamentó el tiroteo: "No podemos continuar aceptándolo como algo normal". El mandatario apuntó, en un comunicado difundido por la Casa Blanca, que lo que podía haber sido una "feliz vuelta a las clases en Winder se ha convertido en otro horrible recordatorio de cómo la violencia por armas de fuego sigue desgarrando" a las comunidades del país.
Él y la primera dama, Jill Biden, lamentaron la muerte de aquellos cuyas vidas se han visto truncadas por más violencia "sin sentido", dijo, y piensan en los supervivientes cuyas vidas han cambiado para siempre. "Los estudiantes están aprendiendo a agacharse y a ponerse a cubierto en lugar de a leer y a escribir. (...) Acabar con esta epidemia de violencia con armas de fuego es algo personal para mí", añadió.
Esa es la razón, según Biden, por la que ratificó la ley bipartidista para la regulación de armas de fuego o por la que ha anunciado docenas de acciones ejecutivas en favor de la seguridad contra ese tipo de violencia.
"Hemos logrado un avance significativo, pero esta crisis necesita todavía más", destacó apuntando que "después de décadas de inacción los republicanos en el Congreso deben decir 'ya basta' y trabajar con los republicanos para aprobar una legislación de sentido común" sobre seguridad en materia de armas de fuego.
Biden reiteró su llamamiento en favor de prohibir las armas de asalto o de acabar con la inmunidad de los fabricantes: "Estas medidas no devolverán la vida a aquellos que hoy la perdieron trágicamente, pero ayudarán a evitar que nuevos trágicos actos de violencia con armas de fuego destrocen a más familias", sentenció.
En las últimas dos décadas, Estados Unidos ha sido sacudido por cientos de tiroteos en escuelas y universidades, y el más mortífero tuvo como resultado más de 30 muertes en Virginia Tech en 2007.
Con cada nueva matanza se abre un intenso debate sobre las leyes de armas de Estados Unidos y la Segunda Enmienda de la Constitución de ese país, que consagra el derecho "a poseer y portar armas".