Taylor Swift, la Super Bowl y la última conspiración trumpista: temen que muestre su apoyo a Biden

Dos seguidoras de Taylor Swift en la entrada del Tokyo Dome horas antes del concierto del 7 de febrero. Kim Kyung-Hoon Reuters Tokio (Japón)

Después de un lapso de cinco años desde su última visita, la cantante estadounidense regresaba a suelo japonés para dar inicio el 7 de febrero a una serie de cuatro conciertos en días consecutivos, que culminará el sábado 11 de febrero. Sin embargo, el gran problema de este apretado calendario es que Taylor Swift podría no llegar el domingo a la Super Bowl, el evento deportivo más importante del año en Estados Unidos, para ver si Travis Kelce y sus Kansas City Chiefs se alzan con el título. 

La cuestión trajo cola. No fueron pocos los swifties, nombre con el que se conocen a los fans de la cantante, que se apresuraron a elaborar hojas de cálculo, cronogramas e incluso presentaciones en PowerPoint para hacer cábalas sobre si llegaría al acontecimiento. El asunto llegó tan lejos que incluso la embajada japonesa en EEUU llegó a pronunciarse. 

"A pesar de las 12 horas de vuelo y las 17 horas de diferencia horaria, la embajada puede hablar ahora (Speak Now, haciendo alusión a la canción de la artista) con confianza para decir que si sale de Tokio por la noche después de su concierto, debería llegar cómodamente a Las Vegas antes de que empiece la Super Bowl", dijo en un comunicado la misión diplomática. 

El romance entre la superestrella del pop y el ala cerrada (tight end) de los Chiefs se erigió como la gran historia de amor de 2023. La cada vez más frecuente presencia de la artista en el estadio Arrowhead de Kansas City avivó los rumores, y cuando el 24 de septiembre fueron avistados saliendo juntos del recinto, las imágenes acapararon titulares en todo el mundo. 

Su relación se ha convertido en todo un filón para la Super Bowl, atrayendo incluso a anunciantes del sector de la salud y la belleza, empresas poco habituales en los espacios publicitarios del evento. No obstante, a medida que se acerca la señalada fecha, también crece la preocupación de que el evento pueda estar siendo manipulado por la NFL y el Partido Demócrata para asegurar la reelección del presidente Joe Biden en las elecciones de noviembre. Este tipo de teorías de la conspiración han inundado los círculos ultraderechistas de EEUU.

Un “activo del Pentágono”

La entrada de la estrella del pop en el fútbol americano ha desatado todo tipo de suposiciones. Acusada como un ‘activo del Pentágono’ por el presentador de la Fox News Jesse Watters, el movimiento MAGA (Make America Great Again) sospecha que Swift estaría siendo utilizada por el Departamento de Defensa de EEUU para influenciar psicológicamente a la población en favor del voto por Joe Biden. 

Taylor Swift en un partido de los KC Chiefs el pasado 21 de enero en Orchard Park. Mark J. Rebilas Reuters

Los defensores de esta teoría, conocida como psy-ops (operaciones psicológicas), argumentan que tanto el Gobierno como la NFL están implicados en una supuesta campaña propagandística a favor del Partido Demócrata. Varias figuras políticas y mediáticas de la derecha, como el excandidato presidencial Vivek Ramaswamy, la activista política Laura Loomer y la presentadora de One America News Network Alison Steinberg, han difundido y amplificado estas acusaciones.

Cuando los Chiefs consiguieron su pase a la final, se dispararon las especulaciones que calificaban la relación entre Swift y Kelce como un montaje del Pentágono. Mike Crispi, presentador de un pódcast pro-Trump en Salem Media Group, acusó abiertamente a la NFL y al Partido Demócrata de manipular el partido. “KC (Kansas City) gana, va a la Super Bowl, Swift sale en el espectáculo de medio tiempo y ‘apoya’ a Joe Biden con Kelce en el centro del campo”, señaló en un tuit. 

Los rumores resonaron con tal fuerza que el Departamento de Defensa se vio obligado a desmentirlos, aunque no sin cierta sorna. "Si bien nos encantan las canciones de Taylor Swift tanto como a cualquier otra persona (y sí, vi toda la película Era Tours de más de 3 horas de duración), entretejerla con teorías conspiratorias sobre operaciones psicológicas es un salto demasiado lejos", afirmó en un comunicado Charlie Dietz, portavoz del Pentágono.

¿Puede realmente influir? 

A pesar de la enorme popularidad de Taylor Swift, el posible respaldo de la superestrella a Biden y su impacto en las elecciones de noviembre no están del todo claros, aunque es evidente que la artista posee una influencia significativa. En septiembre de 2023, cuando Swift compartió un breve mensaje en su cuenta de Instagram alentando a sus 280 millones de seguidores a registrarse para votar, la publicación resultó en más de 35.000 inscripciones adicionales en la organización no partidista Vote.org, según informó CBS News.

Taylor Swift y Travis Kelce en Congers. GTRES

La enorme base de seguidores de Swift le confiere una poderosa voz. Según una encuesta realizada por Morning Consult en marzo de 2023, el 53% de los adultos estadounidenses se declararon como fans de la artista. Aproximadamente la mitad de sus seguidores son milenials que residen en los suburbios y se alinean con el Partido Demócrata, en comparación con el 23% que son políticamente independientes y otro tanto que son republicanos. No obstante, a pesar de los gestos mostrados por la cantante y a diferencia de otras estrellas, en ningún momento ha aparecido en un mitin de campaña, lo que podría limitar su influencia. 

Donde sí parece que va a tener un gran impacto es en el fin de semana de la Super Bowl. Según un estudio publicado por la Universidad Estatal de Montclair, el encuentro entre el deporte más popular de EEUU y la estrella del pop más famosa del mundo podría llevar al evento a unas cotas nunca antes vistas. 

"La Super Bowl siempre atrae a un público totalmente nuevo, porque algunas personas sólo vienen por los anuncios y el espectáculo del descanso mientras asisten a las fiestas de la Super Bowl", señaló la profesora Kelly Whiteside, una de las autoras del estudio. "Pero ahora se añade la mayor estrella del pop del planeta, lo que casi garantiza que será la Super Bowl más vista de todos los tiempos. No me sorprendería que el récord de audiencia (114,12 millones) se batiera en más de un 10%".