Hacerse viral en redes sociales se ha convertido en el objetivo de muchas personas, que ansían que sus publicaciones se difundan rápidamente y adquieran gran popularidad en Internet. Para lograr este objetivo, en ocasiones, se utilizan vías tan disparatadas como hacerse una fotografía en un lugar peligroso, pero también delictivas, como es la suplantación de identidad, cometer un robo o agredir a una persona.

Este el caso de Alford Lasean Lewis, un joven de 19 años que ha sido detenido en la ciudad de Houston (Estados Unidos) por pegar a personas desconocidas por la calle y grabar las agresiones con el mero objetivo de hacerse viral en redes sociales.

La primera agresión ocurrió el pasado 26 de octubre en Wortham Park, en la ciudad de Houston. Un amigo de Lewis, llamado Kingston Mike, grabó al joven mientras golpeaba por la espalda a un hombre desconocido que se encontraba caminando por la zona. Tras el puñetazo, el agredido, lejos de defenderse, intentó razonar con el joven, como se puede ver en los vídeos.

Ese mismo día, Lewis protagonizó una segunda agresión en otra zona del parque. El joven grabó otro ataque a un desconocido con el objetivo de subir las imágenes después a redes sociales como YouTube y TikTok. En esta ocasión, Lewis amenazó a un hombre con un arma de fuego y le exigió su teléfono. Por fortuna, la víctima logró escapar de su agresor.

La única intención del joven era compartir estos vídeos en redes sociales con el objetivo de que obtuvieran la máxima visibilidad posible y se convirtieran en virales.

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Lejos de hacerse popular en redes sociales, las grabaciones de los jóvenes hicieron que la policía estadounidense diera con su paradero y les detuviera a los dos. El joven confesó que el único objetivo de los vídeos era ganar popularidad, aunque señaló que ahora se arrepentía de sus acciones.

Los dos amigos se enfrentan ahora a graves cargos y deberán comparecer ante la justicia para responder por estos hechos delictivos que han cometido.

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El juez ha otorgado a Lewis una fianza de 30.000 dólares (unos 28.000 euros) y llevar un monitor GPS en el tobillo para controlar todos sus movimientos mientras permanecen bajo arresto domiciliario, una vez que salgan de la cárcel. Por su parte, su amigo, Kingston Miker, de 18 años, se enfrenta a varios cargos, entre ellos, agresión agravada, asalto agravado y posesión de un arma prohibida.

Las autoridades policiales de Houston han expresado su preocupación por estos incidentes, al tener lugar en un parque con gran afluencia de personas, entre ellas niños, donde los transeúntes suelen acudir para disfrutar del aire libre y hacer ejercicio.