Bennie Thompson, presidente del comité especial del Congreso que investiga los acontecimientos del 6 de enero de 2021, dedicó la segunda audiencia pública de la comisión de investigación a "contarle a los estadounidenses la historia de cómo Donald Trump perdió unas elecciones, supo que había perdido unas elecciones y, como resultado de su pérdida, decidió lanzar un ataque a nuestra democracia, un ataque contra el pueblo estadounidense".
El representante demócrata acusó al expresidente de "tratar de robarle su voz en nuestra democracia, encendiendo la mecha que condujo a la horrible violencia del 6 de enero, cuando una turba de sus partidarios irrumpió en el Capitolio". Thompson se sirvió del testimonio de varias personas cercanas a Trump para describir cómo este "creó la gran mentira de las elecciones robadas".
"Falsedades y tonterías"
El primero en testificar fue el antiguo editor político de Fox News, Chris Stirewalt, quien defendió el controvertido – y apresurado - anuncio durante la noche de las elecciones dando la victoria a Joe Biden en Arizona. Aunque el 'chivatazo' resultó ser correcto, desató la ira de Trump, según rememoran varios testigos presenciales.
Fue en ese momento cuando el candidato presidencial republicano redobló sus esfuerzos por decirle a todo aquel que quisiera escucharle que "les habían robado las elecciones". Thompson le preguntó a Stirewalt si Trump tenía algún fundamento para declarar la victoria de su partido el 4 de noviembre de 2020, a lo que el comentarista político contestó con un rotundo "no".
A continuación, el comité mostró varios testimonios en video de altos funcionarios del ejecutivo de Trump, quienes dijeron que tanto el exvicepresidente Mike Pence como "la Casa Blanca" sabían que no había pruebas para respaldar las afirmaciones de fraude electoral de Trump.
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Es más, el Departamento de Justicia "hizo un esfuerzo por investigar aquellas denuncias de fraude específicas y creíbles, para convencernos de que carecían de fundamento", según las declaraciones del exfiscal general William Barr. En un vídeo de su declaración a puerta cerrada ante el comité del 6 de enero, el máximo responsable del aparato judicial de Trump reveló que las primeras afirmaciones de que Trump había ganado las elecciones no eran más que "falsedades y tonterías". En la misma grabación, el ex fiscal general añadió que Trump alegó fraude electoral "desde el primer momento la noche de las elecciones... antes de que existiera la posibilidad de examinar las pruebas".
Tras un descanso de unos diez minutos, la comisión ofreció el testimonio de un panel formado por el ex fiscal federal para el Distrito Norte de Georgia BJay Pak, el excomisionado de la ciudad de Filadelfia Al Schmidt y el abogado electoral conservador Benjamin Ginsberg.
Pak, quien renunció el 4 de enero de 2021, dijo que le habían pedido que investigara varias de las afirmaciones sin fundamento de las elecciones robadas. Una de las afirmaciones que se le pidió que investigara fue del antiguo alcalde de Nueva York y por aquel entonces abogado de Trump, Rudy Giuliani, quien habló sobre la existencia de maletas con papeletas electorales.
"Descubrimos que la maleta llena de papeletas, la supuesta maleta negra que se vio sacar de debajo de la mesa, era en realidad una caja de seguridad oficial donde se guardaban los votos", recordó desde el púlpito Pak. "Descubrimos que no fue un error, sino un malentendido sobre si se había hecho todo el conteo de votos o sólo recuento de votos para esa noche. Se informó debidamente a los observadores asignados por cada uno de los partidos y se les envió a casa", tal y como relató Pak.
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El testimonio de Schmidt evidenció el evidente encrespamiento de Trump, quien le atacó a título personal en un tuit, y rechazó de plano la afirmación de Giuliani de habían contado votos de fallecidos en Pensilvania. "No es que no se encontrara ninguna prueba de 8.000 votos de fallecidos en Pensilvania, es que no hubo evidencia ni de ocho", afirmó tajantemente Schmidt.
La borrachera de Giuliani
Por su parte, la vicepresidenta de la comisión especial de investigación, Liz Cheney, describió cómo Trump decidió no prestar atención a los consejos de algunos de sus asesores más cercanos y fiarse de un Giuliani "aparentemente ebrio". La republicana reprodujo un vídeo del exasesor de Trump Jason Miller, quien testificó que el abogado de cabecera de Trump, estaba "definitivamente intoxicado" la noche de las elecciones.
Tal y como relataron en una grabación en vídeo la hija de Trump, Ivanka Trump, y su marido, Jared Kushner, ambos se encontraban en la Casa Blanca esa noche, junto a otros asesores de confianza del expresidente. Kushner, cuyo testimonio fue grabado en vídeo, dijo que Trump estaba en el nivel superior de la residencia donde se reunió con asesores mientras iban llegando las noticias sobre el recuento de votos.
Sería en ese momento cuando Rudy Giuliani, "aparentemente ebrio", según Cheney, compartió con el todavía presidente varias conspiraciones de fraude electoral. El entonces portavoz de Trump, Jason Miller confirmó en su declaración ante el comité de investigación del Congreso que "el alcalde definitivamente estaba intoxicado" en la Casa Blanca la noche de las elecciones.
Matt Morgan, el abogado general de la campaña de Trump, también aprovechó su declaración grabada en vídeo para desmarcarse de la línea de actuación propuesta por Giuliani, indicando que después de hablar con él y escuchar sus conspiraciones sobre el supuesto fraude electoral, decidió que "los bufetes de abogados no se sentían cómodos presentando públicamente los argumentos que Rudy Giuliani estaba defendiendo".
En términos similares se expresó Bill Stepien. El exjefe de campaña de Trump no pudo dar su testimonio en persona el lunes dado que su mujer se puso de parto apenas una hora antes de que comenzara la audiencia. Stepien recordó no obstante, en un video reproducido por el comité, que Trump no estaba de acuerdo con que fuera demasiado pronto para convocar elecciones y que le dijo que "iban a ir en una dirección diferente".
Según los varios testimonios compartidos en la segunda sesión, Trump prefirió desoír los consejos de familiares y asesores y cerrar filas con Giuliani. Así pues, a primera hora de la mañana del 5 de noviembre, al día siguiente de la cita electoral, Trump se dirigió a la nación a través de un vídeo y reclamó falsamente la victoria en las urnas. Algo que, tal y como reconoció el yerno del expresidente "él ho hubiera hecho de estar en su misma situación".