A tenor de los repetidos aplausos de demócratas y republicanos, Joe Biden ha salido airoso de su primer discurso sobre el estado de la Unión como presidente de la Estados Unidos, marcado por la guerra en Ucrania y los mensajes a Vladimir Putin.
La notable ausencia de mascarillas y la prevalencia de los colores de la bandera ucraniana (azul y amarillo) han servido de telón de fondo para un discurso también histórico por ser el primero en el que el presidente ha estado flanqueado por dos mujeres -la vicepresidenta Kamala Harris y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
Biden ha comenzado su alocución con un marcado tono conciliador, haciendo referencia a valores "intrínsecamente estadounidenses" como la "defensa del mundo libre", para acto seguido reiterar el apoyo incondicional de Estados Unidos al pueblo ucraniano frente "al ataque injustificado de Rusia contra Ucrania".
Biden ha elogiado la valentía y determinación del pueblo ucraniano antes de dirigirse directamente a la Embajadora de Ucrania en Estados Unidos, Oksana Markarova, quien se hallaba sentada junto a la Primera Dama en el palco presidencial. "Si puede, póngase de pie y envíe una señal inequívoca al mundo. Gracias".
Tras la primera ovación de la noche, Biden ha proseguido su discurso con un claro guiño a la bancada conservadora, destacando que "la democracia estadounidense importa". "Putin estaba equivocado. Estamos listos. Estamos unidos y nos mantenemos unidos", ha aseverado el presidente, echando mano de una retórica propia de los tiempos de la Guerra Fría para dejar claro que Estados Unidos está no sólo de parte de Ucrania sino también de sus aliados en la OTAN y de todos aquellos "países amantes de la libertad".
Guerra a los oligarcas de Putin
Biden ha querido dejar claro que dicho apoyo no incluye el despliegue de tropas en territorio ucraniano o ruso, pero ha avisado a Putin: "No tiene idea de lo que se le viene encima. El rublo ya ha perdido el 30% de su valor. El mercado de valores ruso ha perdido el 40% de su valor… La economía rusa se tambalea y solo Putin es el culpable".
"Junto con nuestros aliados -ha continuado Biden-, brindamos apoyo a los ucranianos en su lucha por la libertad. Asistencia militar, asistencia económica, asistencia humanitaria. Estamos dando más de mil millones de dólares de asistencia directa a Ucrania y continuaremos ayudando al pueblo ucraniano mientras defienden su país, ayudándoles a aliviar su sufrimiento".
El presidente de Estados Unidos no sólo ha prometido "infligir dolor" a Putin -al que ha tildado de dictador- sino que además le ha declarado la guerra a los oligarcas rusos. "Estados Unidos se apoderará de sus yates, de sus apartamentos de lujo, de sus aviones privados. Vamos a ir a por vuestras ganancias mal engendradas".
Tras anunciar el cierre del espacio aéreo a las aerolíneas y empresas rusas, Biden ha resumido la estrategia contra Putin asegurando que "estamos obstruyendo el acceso de Rusia a la tecnología, lo que socavará su fortaleza económica y debilitará su ejército en los próximos años".
'Made in America'
Después de dedicar los primeros 15 minutos de su intervención a desgranar las medidas destinadas a apoyar al pueblo ucraniano y a proteger los intereses de sus aliados, Biden ha barrido para casa y se ha centrado en aplacar los ánimos de los estadounidenses.
Tanto es así, que el 'personaje' secundario de la jornada ha sido un omnipresente 'Made in America' que, según Biden, tiene el poder de resolver tanto los estragos causados por la mayor inflación de las últimas décadas como de calmar los temores sobre posibles problemas de suministro energético.
"Esta noche puedo anunciar que Estados Unidos ha trabajado con otros 30 países para liberar 60 millones de barriles de petróleo de las reservas en todo el mundo. Estados Unidos liderará ese esfuerzo liberando 30 millones de barriles de nuestra propia reserva estratégica de petróleo; estamos listos para aumentar esa contribución si es necesario. Unidos con nuestros aliados, estos pasos ayudarán a reducir los precios de la gasolina aquí en casa".
Biden se ha hecho cargo de que "las noticias sobre lo que está sucediendo pueden parecer alarmantes para todos los estadounidenses" y ha pasado a enumerar varias de las iniciativas propuestas por su gobierno para hacer frente a la crisis económica y sanitaria. Los republicanos han afeado la mención del ambicioso plan de infraestructuras del Ejecutivo con un abucheo más bien tibio que Biden ha sabido aplacar apelando repetidamente al resurgir del 'Made in America'.
La subida del sueldo mínimo interprofesional, el compromiso de pesos pesados de la economía nacional como el CEO de Intel, presente en la sala, el reconocimiento a veteranos, militares, profesores y profesionales sanitarios, así como la política de tolerancia cero con los 'escapistas fiscales' han sido los otros protagonistas del discurso de Biden.
Biden ha buscado concluir su discurso en un tono positivo, destacando su optimismo y confianza en un país "claramente más fuerte que hace un año", que ha dejado atrás lo peor de la pandemia y que poco a poco, vuelve a esa unidad que ayudará a Estados Unidos "a ser todavía más fuertes de aquí a un año y a superar juntos los grandes desafíos de nuestro tiempo.