Una falsa campaña de vacunación orquestada por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos para capturar al cerebro del 11-S, Osama bin Laden, en 2011 resultó en una significativa disminución de las tasas de inmunización en Pakistán, según un estudio publicado este martes.
La investigación, financiada con la beca Ramón y Cajal y por el Ministerio de Economía de España, aparece en Journal of the European Association, publicado por la Imprenta de la Universidad de Oxford.
Con la ayuda de un médico local, la CIA planeó una campaña de vacunación en Pakistán con el fin de obtener muestras de ácido desoxirribonucleico (ADN) de los niños que vivían en el complejo de edificios en Abbottabad (Pakistán), donde se ocultaba Bin Laden.
Los servicios de inteligencia sospechaban que allí vivía el líder del grupo Al Qaeda, responsable de los ataques terroristas en Estados Unidos de septiembre de 2001 que dejaron más de 3.000 muertos.
La recolección de muestras genéticas se hizo con la idea de que la presencia de familiares cercanos de Bin Laden pudiera ser un indicio de que residía en ese lugar.
De acuerdo con el artículo, el médico cómplice de la CIA comenzó a administrar vacunas contra la hepatitis B a los niños en Abbottabad, sin el consentimiento de las autoridades sanitarias de Pakistán.
Contra la medicina "occidental"
Esta táctica de la Inteligencia no se dio a conocer hasta después de que Bin Laden fuera ejecutado en una operación de las fuerzas especiales de Estados Unidos el 1 de mayo de 2011, cuando el diario británico The Guardian expuso la campaña de vacunación.
Desde antes de esa operación, los grupos extremistas en Pakistán ya habían hecho sus propias campañas de desprestigio y desconfianza contra la medicina "occidental" y desacreditado a las agencias gubernamentales.
Tras la publicación del artículo de The Guardian, los talibanes emitieron varios edictos religiosos vinculando cualquier campaña de vacunación con las actividades de la CIA, y más adelante atacaron al personal médico dedicado a la inmunización de la población.
Los investigadores analizaron datos de las normas sociales y del nivel de vida en Pakistán de los niños nacidos entre enero de 2010 y julio de 2012.
El análisis encontró que la tasa de inmunización bajó entre un 23% y un 39% en los distritos con los niveles más altos de apoyo electoral a los partidos que simpatizaban con los extremistas, comparado con los distritos con menor respaldo a esas formaciones.
Los datos muestran además que la reducción en las tasas de vacunación de las niñas fue más alta que en los varones.
"La evidencia empírica muestra que los acontecimientos que arrojan dudas sobre la integridad del personal de cuidado de la salud o las vacunas pueden tener consecuencias graves para la aceptación de productos sanitarios como las vacunas", indicó Andreas Stegmann, uno de los autores del estudio.