Ser presidente de Estados Unidos no es un buen negocio a nivel personal. Y si no, que se lo pregunten a Donald Trump. Desde que se convirtió en inquilino de la Casa Blanca en enero de 2017 y hasta su salida hace unos meses con la llegada de Joe Biden, la fortuna del magnate se ha desplomado en casi un tercio. Es más, el expresidente estadounidense ha caído casi 300 puestos en el ranking de los hombres más ricos del mundo de la revista Forbes.
El republicano ocupa actualmente el puesto número 1.299, cuando hace tan solo un año se situaba en la posición 1.001 en la lista de multimillonarios a nivel mundial. En cifras, y según Forbes, desde enero de 2017 hasta 2021 la fortuna de Trump ha caído desde los 3.500 millones a los 2.400 millones de dólares.
En su análisis, la revista económica sostiene que Trump ha cometido un error de cálculo: si desde el día en el que alcanzó la presidencia hubiera vendido todos sus negocios, pagando por las ganancias de capital los impuestos al máximo y después hubiera invertido dichas ganancias en acciones, hoy sería 1.600 millones más rico.
Una oportunidad perdida. De hecho, Trump no ha podido seguir el ritmo de otros multimillonarios de la lista, cuyas fortunas se han disparado a pesar de la crisis ocasionada por la pandemia del coronavirus.
La red de hoteles y campos de golf de Trump, según Forbes, se ha enfrentado a dificultades financieras durante estos últimos años. De hecho, el emblemático edificio del magnate en la Quinta Avenida de Nueva York (Trump Tower) ha perdido 217 millones de dólares durante su mandato. Y el Trump Building, en el distrito financiero de Wall Street, ha perdido 195 millones de dólares.
Pero también hay buenas noticias para él: la participación de Trump en el complejo de tres edificios en San Francisco (California) y su residencia en Mar-aLago, en Palm Beach (Florida) se han traducido en ganancias.