Malas noticias para Donald Trump. Su exasesor de seguridad, Michael Flynn, amenaza con tirar de la manta y mostrar las vergüenzas de los presuntos contactos con Rusia durante la campaña de las elecciones que llevaron al magnate republicano a la Casa Blanca hace poco más de un año.
Más allá de la confesión de Flynn, que se ha declarado este viernes culpable de haber mentido al FBI, el anuncio de que colaborará con la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la trama rusa hace temblar los cimientos de la Casa Blanca de Trump.
Según la cadena estadounidense ABC, Flynn ha prometido cooperar plenamente con la investigación y estaría dispuesto a declarar contra Trump y su familia y aclarar si fue el mismo presidente de EEUU quien autorizó los contactos con los altos funcionarios rusos.
Este medio, que cita como fuente a un "confidente", asegura que Flynn se está preparando para testificar que Trump fue quien le pidió que contactara con el Kremlin con el objetivo de que EEUU y Rusia trabajaran juntos en la lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI) en Siria.
El entorno del presidente Trump se ha apresurado a restar importancia al movimiento del exasesor de seguridad de la Casa Blanca. Ty Cobb, el abogado del presidente, ha asegurado que el cargo contra Flynn no implica a nadie que no sea el propio acusado.
Cobb también ha subrayado que Flynn renunció a su cargo el pasado mes de febrero por haber mentido al vicepresidente de EEUU, Mike Pence, y a otros altos cargos del Gobierno sobre sus contactos con el embajador ruso.
El abogado de Trump también cree que la confesión es un indicio de que la investigación de Mueller, que indaga en la supuesta injerencia de Rusia en las elecciones de 2016 y la posible colaboración con la campaña electoral de Trump, va a terminar pronto.