El presidente estadounidense, Donald Trump, decidió hoy finalmente no trasladar la embajada de su país en Israel a Jerusalén y mantenerla por ahora en Tel Aviv, con lo que se desmarca de una sus principales promesas electorales.
"Nadie debería considerar este paso en ningún modo como una retirada en el fuerte apoyo del presidente a Israel (...). Como ha insistido de manera repetida sobre el traslado de la embajada, la cuestión no es si ese movimiento sucederá, sino cuándo", señaló la Casa Blanca en un comunicado.
Trump firmó hoy la prórroga de seis meses más de la ley por la que Tel Aviv continúa siendo la sede de la representación diplomática estadounidense en Israel, y mantuvo así la línea de sus antecesores en el cargo.
Negociaciones de paz
"El presidente tomó esta decisión para maximizar las oportunidades de negociar con éxito un acuerdo entre Israel y Palestina", agregó la nota presidencial.
La Ley de la Embajada de Jerusalén de 1995, ratificada por el Congreso, decreta el traslado de la embajada pero incluye una enmienda por la que el presidente puede eximir de su cumplimiento por seis meses en función "de los intereses nacionales" de Estados Unidos, algo a lo que han recurrido los predecesores del actual gobernante Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama.
Trump efectuó la pasada semana su primera visita a Israel y los Territorios Palestinos, donde aseguró que hay una "oportunidad excepcional" para alcanzar la paz entre israelíes y palestinos.
El mandatario también se comprometió con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y el presidente palestino, Mahmud Abás, a apoyar la vuelta a la mesa de negociaciones.
En el mismo sentido se expresó durante el viaje su secretario de Estado, Rex Tillerson, quien afirmó que el presidente "está siendo muy cuidadoso para entender cómo tal decisión (el traslado de la embajada de Tel Aviv a Jerusalén) impactaría en el proceso de paz".
Netaniahu, decepcionado
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aseguró que su país "está decepcionado" por la decisión del presidente de EEUU, Donald Trump.
"La posición consistente de Israel es que la embajada (norte)americana, como las embajadas de todos los países con los que tenemos relaciones diplomáticas, debe estar en Jerusalén, nuestra capital eterna", defendió en un comunicado difundido hoy.
En opinión de Netanyahu, el hecho de que las embajadas estén fuera de Jerusalén "aleja la paz ayudando a mantener viva la fantasía palestina de que el pueblo judío y el Estado judío no tienen conexión con Jerusalén".
Sin embargo, y a pesar de la "decepción" de que la sede de la representación estadounidense se quede en Tel Aviv, el mandatario israelí aseguró que aprecia "las expresiones de amistad de Trump con Israel y su compromiso de trasladar la embajada en el futuro".