El excoronel del Ejército chileno Juan Jara Quintana, quien se encontraba prófugo de la justicia tras ser condenado por el secuestro y homicidio del cantautor Víctor Jara y el exdirector nacional de Gendarmería Littré Quiroga, fue detenido este lunes por las autoridades de Chile. Jara Quintana había eludido a la justicia desde que la Corte Suprema dictó su sentencia en agosto de 2023, lo que generó un amplio despliegue policial para lograr su captura.
La ministra en visita de la Corte de Apelaciones de Santiago, Paola Plaza González, anunció en un comunicado que el prófugo ya ha sido puesto a disposición del tribunal para ser notificado del fallo de la Corte Suprema. Este fallo lo condenó a una pena de 15 años y un día de presidio, en calidad de autor de los homicidios, y a 10 años y un día como autor de los secuestros calificados.
Sin embargo, tras conocerse la sentencia, Juan Jara Quintana decidió darse a la fuga. El excoronel, informó el diario chileno Bio Bio, era el último de los prófugos por un caso que también condenó a Raúl Jofré González, Edwin Dimter Bianchi, Nelson Haase Mazzei, Ernesto Bethke Wulf, Rolando Melo Silva y Hernán Chacón Soto. Este último se suicidó el año pasado en el 50 aniversario del golpe de Estado que derrocó el gobierno de Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973.
[Se suicida uno de los militares condenados por matar a Víctor Jara poco antes de entrar en prisión]
Víctor Jara fue detenido al día siguiente del golpe por las Fuerzas Armadas debido a su militancia en el Partido Comunista de Chile. Entonces, fue torturado y brutalmente golpeado, le rompieron las costillas a patadas y le fracturaron ambas manos. Según relataron posteriormente varios testigos, el artista fue objeto de burlas mientras le propiciaban insultos en medio de una brutal paliza.
Después de cuatro días retenido, Jara fue asesinado con más de cuarenta disparos en el antiguo Estado de Chile, que, con el retorno de la democracia, fue renombrado como el “Estadio Víctor Jara”. Este lugar se ha convertido ahora en un símbolo de memoria y resistencia, un recordatorio de las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura de Augusto Pinochet.