Chile y Perú no están sabiendo responder conjuntamente a la afluencia migratoria que se congrega en su frontera común desde hace meses. La militarización de la zona por parte de Chile y el bloqueo policial por parte de la policía de Dina Boluarte mantiene a miles de migrantes estancados en tierra de nadie, sobre todo las últimas dos semanas.
Ambos Gobiernos han resuelto culpar al contrario como modo de obrar. Esta semana, la contienda ha devenido una sarta de arremetidas en las que Chile y Perú se culpan mutuamente de una situación que perjudica principalmente a los migrantes. La mayoría de ellos sólo quiere cruzar Perú para irse a sus países de origen —Venezuela, Haití y Colombia, sobre todo— por la persecución que sufren en el Chile de Gabriel Boric. Ahora, Lima y Santiago han citado al embajador del país contrario en su territorio para intentar encontrar salida a lo que ya es una crisis diplomática.
El detonante de las hostilidades, que han acabado con cualquier comedimiento, fueron las declaraciones del jueves de Pascual Güisa, alcalde de una ciudad peruana en la frontera, Tacna. En una entrevista con CNN Chile, Güisa dijo en relación al Gobierno chileno que "no podemos permitir que un innombrable e irresponsable como su presidente esté trasladando los problemas a la frontera". Las críticas hacen referencia al endurecimiento de la política migratoria de Boric.
Además de militarizar las fronteras del norte para impedir el ingreso de nuevos inmigrantes, el presidente chileno anunció en febrero que "haría la vida imposible" a "las personas que vienen con ánimo de delinquir". La advertencia, sin embargo, parece estar dificultando la estancia en Chile de miles de inmigrantes que, sin ser delincuentes, se están viendo forzados a volver a sus países de origen.
Así, en las últimas dos semanas cientos de migrantes se aglomeran en la frontera norte de Chile, a metros de Perú, donde tampoco son bienvenidos. En un clima en el que la presidenta culpa a los migrantes de la criminalidad en el país, los episodios de la frontera son recibidos con alarma en Lima.
El gobierno de Dina Boluarte respondió el miércoles a la situación decretando el estado de emergencia en varias ciudades fronterizas peruanas —no sólo con Chile, también con Ecuador, Colombia y Brasil—. El primer ministro de Perú, Alberto Otárola, se sumó el jueves a los comentarios de Güisa contra el presidente chileno, y exhortó a Boric a que "solucione sus problemas y que no los tire hacia otro país".
Tras las acusaciones del alcalde de Tacna y la subida de las tensiones con su vecina del norte, Chile emitió una "nota diplomática de protesta" en la que convoca al embajador peruano en Santiago, Jaime Pomareda. El medio nacional La Tercera recoge los testimonios de la ministra del Interior chilena, Carolina Tohá, precisó que el motivo de la citación es solicitar "explicaciones" al diplomático.
Poco después de la convocatoria, el Ministro de Exteriores de Perú hizo lo propio con el representante de Chile en Lima. En un comunicado publicado el jueves en la página web del Estado peruano, el Gobierno de Boluarte llamaba al embajador Óscar Fuentes "para expresarle su protesta por la falta de colaboración mostrada por las autoridades policiales chilenas" en la frontera durante los últimos días.
Tensión en la frontera
El ministro peruano de Defensa, Jorge Chávez, ha reaccionado con la intensificación de la presencia de la Policía Nacional en la frontera. Aunque en un principio descartó el involucramiento del Ejército —como sí está sucediendo en Chile—, su homólogo de Interior, Vicente Romero, ha anunciado este viernes la llegada de 300 efectivos al punto fronterizo de Santa Rosa-Chacalluta. En este mismo punto, un grupo de migrantes se enfrentó a la policía peruana y bloqueó la frontera. "No pasa ni un carro hasta que den solución a nuestro pase", denunciaban.
Según el programa de investigación peruano Cuarto Poder, los militares que operan del lado chileno de la frontera ayudan a los migrantes a cruzar mostrándoles vías alternativas lejos de la vigilancia de las autoridades peruanas. "No hay Policía peruana. Van a pasar por el montículo de tierra y ya están en Perú. Esas son patrullas. Pero si ven luces, ustedes se esconden, pero dejen que se vayan", se escucha a los militares en el programa televisivo.