El Secretario Nacional de Seguridad Pública, Diego Ordónez, en una fotografía de archivo.

El Secretario Nacional de Seguridad Pública, Diego Ordónez, en una fotografía de archivo. EFE/José Jácome

América

Dimite el secretario de Seguridad de Ecuador tras la masacre del puerto de Esmeraldas

La renuncia se produce en un momento en que resuenan a diario los casos de asesinato, asaltos y extorsiones en varias ciudades del país.

13 abril, 2023 11:22

El secretario nacional de Seguridad Pública y del Estado de Ecuador, Diego Ordóñez, presentó este miércoles su dimisión después de la matanza perpetrada por un grupo armado en un puerto pesquero de Esmeraldas, donde murieron acribilladas nueve personas, entre ellas un colombiano, y otras cuatro resultaron heridas.

En una carta dirigida al presidente, Guillermo Lasso, Ordóñez anunció su renuncia al cargo que había ejercido desde agosto de 2022. En su misiva, que compartió en redes sociales, el saliente secretario de la Presidencia indicó que "el país vive un fenómeno inédito de violencia criminal y delincuencia organizada", así como "un recrudecimiento del delito común, parecido al que viven otras naciones latinoamericanas".

"En Ecuador se agudiza porque a las expresiones violentas del crimen organizado, y en particular en estas fechas, se suman eventos claramente orientados a crear zozobra y temor entre los ciudadanos", añadió.

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Ordóñez destacó que se hayan declarado en los últimos meses como amenazas contra la seguridad del Estado al crimen organizado, el narcotráfico y la minería ilegal, lo que ha permitido un cambio en el enfoque estratégico y operativo ante estas amenazas, con una mayor participación de las Fuerzas Armadas.

No hizo mención en su carta a la masacre ocurrida en el puerto pesquero de Esmeraldas, cuando el martes un grupo de una treintena de hombres armados irrumpió en el lugar para disparar indiscriminadamente contra las personas que se encontraban allí.

Según el Ministerio del Interior, el hecho apunta a un enfrentamiento entre bandas del crimen organizado por el control territorial de la zona, que está dentro de la ruta de la cocaína que se envía a Norteamérica y Europa a través de puertos ecuatorianos, en particular el de Guayaquil.

El tiroteo se produjo en un momento en que resuenan a diario los casos de asesinato, asaltos y extorsiones en varias ciudades del país, agobiado desde hace un par de años con una oleada de inseguridad y la aparición de bandas de delincuentes, que han rebasado incluso el control de las fuerzas del orden.