La lucha contra las pandillas en El Salvador viene siendo una de las claves de la política de su presidente, Nayib Bukele, desde que llegó al poder en junio de 2019. El líder salvadoreño acostumbra a celebrar en sus redes sociales los éxitos en la batalla de la seguridad. Pero su producto estrella, al menos a nivel propagandístico, es la gigantesca cárcel construida para alojar hasta 40.000 reos.
El Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) tiene una extensión de 23 hectáreas (aunque el Gobierno compró 166) y se construyó en una zona rural de Tecoluca en solo siete meses. Allí se ubican ocho pabellones para reos que se encuentran perimetrados por un muro con 2,1 kilómetros de largo y de 11 metros de altura, protegido por alambradas electrificadas de 15.000 voltios.
A nivel técnico, la vigilancia de los prisioneros se realiza mediante cámaras térmicas y con 19 torres de vigilancia. Para la gestión cotidiana de la cárcel, el centro cuenta con 600 miembros de la Fuerza Armada nacional, a los que se suman los custodios de la Dirección General de Centros Penales, 200 miembros de la Policía Nacional Civil y 50 efectivos del Grupo de Intervención Penitenciaria.
La instalación cuenta con un edificio de custodios, una sala de audiencia, y un área de notificaciones e intimaciones. También incluye talleres y fábricas en las que se obligará a trabajar a los reos. Dentro de los pabellones, los reos cuentan con pilas, inodoros y literas, conviviendo decenas de ellos en la misma celda. A máxima capacidad, se estima que cada encarcelado contará apenas con 0,6 metros cuadrados, según cálculos del Financial Times.
El gobierno salvadoreño se enorgullece en afirmar que se trata de la prisión más grande del mundo. Los datos así lo confirman: la mayor hasta la construcción del CECOT era la cárcel de Marmara (Turquía), con capacidad oficial para 20.000 reos, si bien la New Bilibid Prison de Manila (Filipinas) alberga a casi 30.000 prisioneros, cinco veces más de la capacidad para la que se construyó.
Los primeros 2.000 reos llegaron al centro en febrero de 2023, a los que este miércoles se sumaron otros 2.000. En la presentación de la prisión el pasado mes de enero, el director de Centros Penales, Osiris Luna, subrayó que la función del CECOT es retener a pandillas "de alto rango", y a cualquiera que sea integrante de "una estructura terrorista".
En sendas encarcelaciones masivas, el Ejecutivo se ha vanagloriado de la dureza que muestran las imágenes, con reos corriendo semidesnudos por los pasillos y escaleras, esposados a la espalda, o sentados en el suelo mientras están físicamente pegados a otros reos a ambos lados, así como su cabeza y su espalda.
A pesar de la dureza de las medidas, la población parece apoyar masivamente la implacable lucha contra las pandillas que lleva a cabo Bukele. Una encuesta de Gallup de abril de 2022 recogía que el 96% de los salvadoreños apoyaba de algún modo estas medidas, con el 78% estando "muy de acuerdo" con ellas.
Y es que los datos de homicidios se han desplomado en los últimos meses. Según cifras oficiales, desde el inicio de la presidencia de Bukele y hasta febrero de 2023 se registraron 4.062 homicidios, llegando a bajar de los 1.000 en 2021, cifras muy inferiores a los de sus predecesores en el cargo. "Hemos transformado el país más inseguro del mundo en el más seguro de América Latina", se jactaba el presidente hace dos semanas.
Sobrepoblación carcelaria
El Salvador ha renovado esta semana el régimen de excepción, en lo que supone la undécima prórroga de la medida, que cumplirá al menos un año en activo el próximo 27 de marzo. La iniciativa está destinada al encarcelamiento masivo de pandilleros. El objetivo del Ejecutivo de Bukele era detener a 118.000 miembros de las pandillas, y en los primeros diez meses de la medida se detuvo a 62.975 personas, según fuentes oficiales.
La prórroga del régimen de excepcionalidad permitirá a las fuerzas de seguridad seguir arrestando personas sin las garantías procesales habituales en un estado de Derecho, como al negarle el derecho a un abogado. Además, pueden intervenir las comunicaciones privadas libremente.
El país es el estado con mayor población de reos del planeta, que se estima por encima de los 100.000, de los que 80.000 serían pandilleros. También marca récords en cuanto a presos sobre el total de la población, con 605 reos por cada 100.000 habitantes. En comparación, Estados Unidos cuenta con 505, mientras en Turquía se limita a 374 y en Bielorrusia, 345.
El CECOT viene a aliviar levemente la sobrepoblación en las cárceles del país, puesto que hace dos años ya albergaban más de tres veces su capacidad oficial de 30.864 personas.
Además, esta misma semana Bukele ha lanzado el 'Plan Cero Ocio', por el cual los presos con delitos menores tendrán que realizar trabajos como la limpieza de calles y playas, la reparación de centros educativos o la construcción de viviendas para familias de bajos ingresos.